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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La suerte del prestamista

El cambio de decisión del Supremo sobre las hipotecas tranquiliza al sistema

Ni usted, ni yo, ni el vecino de enfrente, ni el jubilado de la puerta de al lado ni el mediopensionista del chiste le preocupamos un chavo a la banca, que hace negocio propio a base de tener a recaudo el dinero ajeno. Y que además goza de la suerte del prestamista: el Tribunal Supremo tiró la moneda al aire y salió cara en favor de los bancos. Ya intuíamos los anteriormente citados quién iba a cargar con la cruz del impuesto sobre las hipotecas con sentencias hipotéticas. O sea, que quienes auguraron que los honorables magistrados se la iban a envainar no hacían conjeturas.

Lo que consigue la controvertida decisión del Supremo es dar tranquilidad al sistema: que los bancos recuperen en unos días las pérdidas de la reciente zozobra bursátil; que la litigiosidad no se dispare hasta el extremo de paralizar, con reclamaciones, los juzgados; que las comunidades autónomas respiren tranquilas y no tengan que devolver al prestatario la bonita cifra de 5.000 millones de euros, y que los bancos renuncien a repercutir sobre el cliente futuro la onerosa cuenta puesta judicialmente en duda.

Va a hacer falta que el Gobierno de turno nos ilustre a los pobrecitos compradores de pisos sobre qué, cómo y cuánto debemos pagar, ya que somos indocumentados del impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados. Y a los que dudan de la buena fe de los magistrados del Alto Tribunal no les quedará otro camino que el de Otegi: recurrir a los tribunales de Justicia de la Unión Europea, a ver si los tristes paganos tienen tanta suerte como los testaferros de los terroristas.

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