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Javier Cuervo

Una vida pop de Nueva York a Hollywood

Su creatividad explotó en los cómics a los cuarenta años y en el cine cuando se acercaba a los ochenta

A finales de los sesenta, en los tomitos de Ediciones Vértice - blanco y negro, viñetas descolocadas y dibujos retocados por un dibujante a años luz de la calidad de Jack Kirby, Steve Ditko, Jim Steranko, Gene Colan o John Buscema- salía un misterioso "Stan Lee presenta". ¿Quién era Stan Lee? Su nombre tenía una sonoridad tan chula como la de Reed Richards, Bruce Banner, Peter Parker. Debía de ser como Alfred Hitchcock, que también presentaba, pero en tebeo.

Stan "The Man" Lee fue un dios que creó un universo poblado por personajes con nombres en inglés que vivían en el Nueva York actual y tenían problemas domésticos, preocupaciones humanas y unos poderes increíbles. Con trajes estrambóticos, músculos inflamados y posturas molonas combatían en los bajos fondos, en los altos rascacielos y en el espacio profundo.

¡Qué modernos eran!

Stan Lee llegó casi niño a la primera hora de los superhéroes, pero su gran oportunidad esperó a los 40 años, cuando creó "Los 4 Fantásticos", "The incredible Hulk", "The amazing Spiderman"... Los adjetivos forman parte de su ampuloso y descarado sentido comercial de la ficción, de vender sus héroes como a sí mismo hasta convertirse en un personaje de la cultura pop, comparable entre los adolescentes (y ahora los adultos) a lo que fue Hugh Heffner para los "lectores maduros" de "Play Boy".

Lee refrescó la industria de los tebeos en la segunda mitad del siglo XX con los superhéroes que atiborran el cine y la televisión del XXI. Sus cameos en las películas hicieron su figura famosa en el mundo.

Sobrevivió a toda su generación y fue el más rico de ella. Ese es el agujero negro de su vida: el rencor hasta la muerte de los que dieron la apariencia a esos iconos del pop vestidos de lycra y desarrollaron historias que él sugería, dialogaba y vendía como nadie.

Su nombre quedó como sello en los tebeos pero hace décadas que fue a Hollywood a esperar, casi con 80 años, hasta que se lograron los efectos especiales que dieron aspecto creíble a sus increíbles fantasías.

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