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Tino Pertierra

Sólo será un minuto

Tino Pertierra

De la risa y el olvido

Nuria: "Nunca es tarde si la risa es buena, decía mi padre cuando las cosas le venían mal dadas. A buenas horas, brotes verdes, decía mi madre cuando nos tocó un pellizco en la lotería después de quedarse viuda. Eran dos grandes guasones. Yo salí todo lo contrario. Una gran trágica. Fan número uno del victimismo y de la autocompasión. Es curioso cómo, a veces, los hijos se empeñan en llevar la contraria a sus padres en la forma de ser, haciendo lo contrario de lo que ven en casa. Una rebeldía mal entendida, supongo. Me hubiera venido bien aplicar la lección de mi padre: hay que valorar la risa en lo que vale y disfrutar de ella cuando llega porque la ocasión merece la pena. Yo siempre me he tomado las cosas tan en serio, tan a la tremenda, que dejé sin saborear con una carcajada momentos que la pedían a gritos. Como cuando me casé y mi novio tardó diez segundos eternos en dar el 'sí, quiero'. Yo sabía que no estaba convencido de querer unirse a mí y que lo hacía por la presión familiar, porque cómo iba a dejarme tirada con un niño en camino. Sí, aquellos diez segundos merecían una buena risa, y tal vez de haberla soltado me hubiera librado luego de diez años de matrimonio seco y rapaz. Pero, aunque tarde y mal, he aprendido a reírme cuando sólo me apetece llorar. Hoy mismo, cuando la jefa me dijo que debían prescindir de mis servicios. Tenía dos dientes manchados de carmín y mientras hablaba yo la veía tan ridícula que me eché a reír. Me miró como si estuviera loca. Al fin, papá, al fin me he permitido una buena ración de risa que cae en el olvido".

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