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Tino Pertierra

Sólo será un minuto

Tino Pertierra

Próxima estación

Mario: "Lo malo de pasar demasiado tiempo observando el paisaje tras la ventanilla de un tren es que te acostumbras al movimiento exterior mientras tú permaneces parada, y pasas por las estaciones sin atreverse a bajarte para investigar si en alguna de ellas puedes encontrar alicientes nuevos que te den una nueva vía. Una nueva esperanza o, en el peor de los casos, una razón para no tirar la toalla.

Vagones como los que yo ocupo están siempre ocupados, llenos de viajeros que ven pasar los paisajes sin sentirse parte de ellos, sin atreverse a conocerlos, encadenados a inercias con las que no contábamos cuando compramos el billete de ida, ajenos a la necesidad de abandonar el plan de ruta cuando la velocidad nos desborde o nos ahogue. Todas estas reflexiones de filósofo frustrado (y frustrante, según mi esposa) son el único consuelo que me queda mientras veo desfilar los días como postes de luz apagada: ese hombre que da clases ante un alumnado indiferente fue un día no tan lejano una persona que soñaba con cambiar el mundo de su joven audiencia, una especie de quijote que luchaba contra molinos de viento para intentar llenar esas cabezas de curiosidad, de interrogantes, de desafíos. De estaciones que visitar hasta encontrar un sentido a sus vidas. Cómo ayudarles si yo mismo no lo conseguí. Hubo un tiempo en el que pensaba que estaba a punto de lograrlo, un tiempo hoy desvanecido en el que estaba convencido de que mi trabajo me llenaba de satisfacción, de que mi hogar lo era realmente, de que mi mujer estaba dispuesta a perdonarme y de que mi hija por fin empezaba a respetarme. Pompas de jabón: siempre terminan explotando con colores de arco iris y un sonido seco y guasón. Y entonces entras en un túnel y el cristal de vagón se convierte en un espejo que te mira".

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