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Que nos quiten lo leído (III)

Quienes ilustraron los libros

Homenaje a quienes cuentan historias con imágenes

Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin nada que hacer: se había asomado una o dos veces al libro que estaba leyendo su hermana, pero no tenía dibujos ni diálogos, "¿y de qué sirve un libro sin dibujos ni diálogos?", se preguntaba Alicia.

Lewis Carrol, "Alicia en el país de las maravillas".

Alicia, la niña que realiza un viaje prodigioso al país de las maravillas, se rebela contra ese tipo de libros que no tienen dibujos ni diálogos. En realidad se revuelve contra esos textos insulsos en cuyas páginas sólo aparecen letras. Desea algo que la saque del tedioso sopor en el que se encuentra sumida.

Y ese algo, ese antídoto contra el aburrimiento, va a ser un conejo blanco que pasará corriendo delante de ella diciendo en voz alta: "¡Ay", ¡Ay! ¡Dios mío! ¡Qué tarde voy a llegar!".

Abotargada por la desgana, la niña tarda unos segundos en reaccionar, pero, de repente, cae en la cuenta del fenómeno: "Nunca había visto un conejo con chaleco y aún menos con un reloj de bolsillo. Y ardiendo de curiosidad, se puso a correr en pos del conejo a través de la pradera, justo para ver cómo se colaba raudo por una madriguera que se abría al pie del seto".

Miles de niños y niñas han seguido, con la misma "ardiente curiosidad", a esa niña, han compartido su peripecia a través de la lectura y han penetrado sin dudar en la madriguera por la que desapareció el conejo.

Ese personaje de cuento nos sirve de metáfora para saber qué buscan los más pequeños en los libros: solicitan que surjan "conejos blancos" en los paisajes planos del hastío; buscan relatos con la guindilla del "y de repente", esa fórmula mágica elaborada sólo con tres palabras, pero tres palabras que trastocan la realidad, conducen al asombro y animan a seguir leyendo.

Ese conejo que perseguía Alicia posee, desde que apareció el libro, una figura concreta y visible. Una figura que se podía ver en las ilustraciones de John Tenniel, el primer ilustrador de esa fabulosa aventura. Sus dibujos no reproducían literalmente lo que contaba el creador del cuento, sino que lo ampliaban.

En el primer panel de la exposición, ilustrando precisamente el título, "Que nos quiten lo leído", mostramos a 38 personajes de cuento. Aunque son personajes de ficción muy diferentes, se les ve a todos ensimismados, cautivados, absortos realizando la misma actividad: leer. Quienes los dibujaron lo hicieron con tanta pasión y convicción que nosotros, al verlos, ansiamos seguir su ejemplo.

Los ilustradores no son los reproductores literales de lo que se relata, los que muestran con lenguaje gráfico lo que ese texto ya dice, no. Los ilustradores son narradores: cuentan historias con imágenes. Parten del texto del autor, por supuesto, pero jamás toman lo escrito como una barrera, como una limitación, sino que lo ven como un acicate para la creación. Pueden ampliar los textos y también crear sus propios relatos sólo con imágenes.

Tenemos en Asturias, nacidos aquí o que viven en esta tierra, grandes ilustradores. Hombres y mujeres que poseen el don de la iluminación, pues dan otra luz a los textos que los autores les ofrecen y que ellos y ellas amplían y engrandecen con sus imágenes.

En estos últimos treinta años los ilustradores y las ilustradoras, no solo aquí, sino en todo el mundo, han dado un impulso impresionante a los libros de literatura infantil y juvenil. Entre esos libros destacan los álbumes ilustrados, obras maestras en las que se conjuga, en perfecta armonía, el texto, la ilustración y la exquisita edición. Y que, como obras maestras que son, no tienen edad, pues cualquiera, niño o adulto, puede disfrutar de su lectura.

Se muestran en la exposición "Que nos quiten lo leído" una pequeña selección de las creaciones de estos excelentes ilustradores. Ellos y ellas han sido capaces de crear otra historia a partir de la historia contada con palabras, y de ofrecernos, a la vez, imperecederas obras de arte.

La exposición "Que nos quiten lo leído", 30 años de Literatura Infantil y Juvenil en Asturias, se inaugura mañana miércoles, día 21, a las 19 horas en la Biblioteca de Asturias "Ramón Pérez de Ayala" de Oviedo. Se puede visitar hasta el 31 de diciembre de 2018.

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