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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Para mañana o pasado mañana

En ocasiones los políticos se dejan llevar por la ideología marxista (de Groucho, no de Karl): "No dejes para mañana lo que puedes dejar para pasado mañana". En esa actitud, los gestores de la cosa pública son muy parecidos a sus votantes: en este país lo de acometer los deberes en tiempo y forma supone un sacrilegio. Si tiene arreglo, se arreglará... De ahí la proliferación de tantas siglas: en esta ciudad se juntan tres gijoneses y crean cuatro partidos políticos.

En España, las cosas se toman con calma (antes las cosas se tomaban con filosofía, pero ya no, desde que esa asignatura se devaluó más que la moneda de Zimbabue). Tan es así, que el lunes es un día peligroso para empezar algo. También entraña peligro emprender cualquier actividad de martes a domingo. Este es un país en el que mucha gente se ha vuelto pesimista por haber financiado a optimistas que se autocalificaron de emprendedores. Aquí nunca se ve la luz al final de túnel. Y si se ve, es el faro de un tren que se aproxima a toda velocidad, de frente.

Después del autogiro ¿qué hemos inventado los españoles? Nada. Ni siquiera un buen remedio para la caspa, como hicieron los franceses con la guillotina. O sea, que cuando se dice que en España es hora del emprendimiento, la realidad dicta que ha llegado el momento de echarse la siesta.

No existen fórmulas magistrales para acertar con la prosperidad. Sólo se me ocurre recomendar una máxima de Paul Getty, uno de los primeros empresarios del mundo en amasar una fortuna superior a los mil millones de dólares. Su secreto para alcanzar el éxito consistía en levantarse pronto, trabajar hasta tarde y encontrar petróleo.

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