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¿Se puede evitar el éxodo rural?

La importancia de mantener los servicios de la Administración en los pueblos

Navelgas, día a día va perdiendo sus servicios a la vez que va perdiendo a sus habitantes. Es uno de los muchos núcleos rurales que ha sufrido y sigue sufriendo el éxodo hacia la ciudad buscando el confort del "estado de bienestar". Lo último, por el momento, será la oficina de correos. A la empresa no le interesa mantener un servicio que ya no le resulta rentable, al igual que pasa con otras asistencias, pero si de rentabilidad se trata, también podemos prescindir de un buen número de políticos.

Me han comentado que Correos ha contemplado la posibilidad de mantener este servicio si se les ofrece un local. El ayuntamiento posee un local que había sido báscula, posteriormente oficina de información y actualmente está cerrado. Esta sería una opción, además de bajo costo, pero el ayuntamiento no la contempla, con lo cual condenará a una comarca a desplazarse a Tineo para recoger un certificado o cualquier paquete. El desplazamiento desde Navelgas es de veintiséis kilómetros, pero hay núcleos que están a cuarenta y tantos. Volvemos a situaciones del pasado.

Las soluciones nunca son fáciles, pero la Administración tendrá que hacer un sacrificio usando su imaginación para evitar que el mundo rural, sustento de nuestros ancestros, se siga desangrando. La muerte de las aldeas es la muerte de la villa y no es solución el desvestir a un "santo para vestir otro". No podemos hablar de recuperar población con campañas de empadronamiento si no va ello acompañado de servicios para su mantenimiento. El subir el número de habitantes empadronados servirá para que no baje la categoría municipal y poder así optar a mayor presupuesto estatal. O sea, a mantener mayor número de concejales y funcionarios pero no a la salvación de los núcleos rurales.

Hace años que venimos contemplando el éxodo masivo del mundo rural, pero a nadie nos ha importado. Estamos viviendo bajo el signo de la robótica y como tales robots nos estamos comportando.

España continúa siendo el enigma histórico al que se refería Gerald Brenan, quien relataba en su obra cómo viajeros que llegaban a la Península en la Edad Media, describían esta tierra como el desierto de Abisinia. Como consecuencia de la peste y a las hambrunas en el norte de Europa, la piel de toro se fue repoblando y con ello se recuperaron y aprovecharon los recursos naturales que desde las zonas rurales paliaron gran parte de las necesidades producidas por los ineptos que provocaron las guerras civiles y las mundiales. De alguna manera la historia se está repitiendo; ahora, en vez de venir del norte de Europa vienen del África subsahariana y una vez más estas gentes llegan huyendo del hambre y las guerras, al igual que antes llegaron de los Balcanes o de Rumanía y Polonia antes de adherirse estas naciones a la Comunidad Europea. De hecho, en la comarca de Navelgas son ya muchas las familias formadas por rumanos y aún quedan algunos magrebíes trabajando en hostelería, caseríos y en la madera, a pesar de la crisis.

Durante estos últimos años hemos vivido en la "nube", en el mundo virtual que nos ha aportado el internet, cuya banda ancha hace años que se está reclamando, al igual que una intensidad eléctrica correcta, como una herramienta más para paliar el éxodo campesino. Claro que, además del internet, necesitamos producir, haciendo uso de nuestros recursos naturales y elaborarlos, con calidad artesanal, sin entrar en el campo de las grandes corporaciones multinacionales, para luego poder comercializarlos a través de la red. Sería como recuperar la vida de los viejos colmados o los bares-tienda, convirtiéndolos en un atractivo con personalidad y atractivo turístico. Se ha gastado mucho en escuelas-taller, pero sin aprovechamiento posterior. Al igual que se han concedido muchas subvenciones a fondo "perdido", con poco o ningún resultado. Nuestra juventud está muy preparada y titulada pero enfocada hacia la Administración. Luego su retorno al mundo rural es difícil, aunque ya no encuentren trabajo en la ciudad.

Existe mucha preocupación entre los ediles de las comarcas rurales, acuden a congresos y debates...pero al final no encuentran la fórmula mágica para ver la luz del futuro en el campo. No estaría mal el poder salvar algunos de los servicios existentes para que los pueblos no fuesen marginados de la civilización y a la vez hacer un estudio fiscal a tono con su situación.

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