Tezanos no advierte síntomas de recalentamiento en la política tras las elecciones andaluzas y la amarga victoria socialista. Hay cocineros ireductibles, dispuestos a permanecer fieles a una serie de platos de un mismo menú. José Félix Tezanos es uno de ellos. La última estimación del CIS para el Congreso se mantiene imperturbable: el PSOE apenas baja cuatro décimas y sigue a la cabeza en intención de voto. El PP sube un punto, Ciudadanos se deja tres y pasa a ocupar la tercera posición. La suma de los socialistas con Unidos Podemos aumenta con respecto al anterior sondeo. El efecto Vox no se vislumbra en el CIS, resulta del todo imperceptible, como ya lo era a su manera en los datos cocinados en Andalucía.
Dado que, según las estimación del Centro de Investigaciones Sociológicas, la opinión de los electores sobre Pedro Sánchez también mejora, es difícil explicarse por qué el presidente del Gobierno no convoca elecciones inmediatamente y, por contra, se empeña en insistir con los presupuestos del Estado para ver si los apoyan los independentistas catalanes que, como él mismo ha dicho últimamente, no creen en "el ser de España". Si no creen en el "ser de España" ¿cómo siquiera van a plantearse aprobar las cuentas de los pobres españoles? Analizar la camaleónica personalidad del máximo representante del grouchismo en la política supone un arcano más en estos tiempos de incertidumbre y confusión.
Para salvaguardar el efecto Sánchez, Tezanos se ha empecinado en transmitir que la cocina no existe en los sondeos del Congreso mientras que en Andalucía sí hubo que hacer correcciones. No para de complicarse la vida tratando de complicar y retorcer la realidad. Qué tío.
