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Alberto Menéndez

Complejo papel en la derecha

Sólo Casado y Mercedes Fernández tienen la clave de la candidatura del PP

Que el líder nacional del PP, Pablo Casado, y el de Foro Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, parezcan estar muy interesados en alcanzar un acuerdo para concurrir juntos a las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas no implica que el acercamiento entre ambas fuerzas vaya a ser posible. No va a ser fácil, ni mucho menos, eso seguro. Son muchos los agravios en los últimos ochos años, afrentas que impiden un discurrir tranquilo hacia una posible negociación real, no sólo hipotética como la que se baraja en estos momentos en algunos despachos de la calle Génova de Madrid y por parte del fundador de Foro.

Los pesos pesados de los dos partidos verían con muy buenos ojos la aparición de un candidato de consenso a la Presidencia del Principado, aunque son conscientes de la dificultad, por no decir la práctica imposibilidad que ello conlleva, sobre todo porque sólo faltan cinco meses para los comicios. Un candidato no se inventa de la noche a la mañana, y más cuando debería satisfacer a los militantes de dos partidos tan desunidos como el PP y Foro. Alguien había pensado en el actual presidente de la patronal asturiana, Belarmino Feito, como posible número uno de una lista electoral conjunta, opción que fue descartada por el propio empresario antes de que la idea fuese más allá de una mera fase embrionaria, para evitar de esta manera cualquier tipo de malentendido.

La dirección del PP asturiano da por hecho que su actual presidenta, Mercedes Fernández, será la candidata del partido (o de la derecha en su conjunto de llegar el caso) a la Presidencia del Principado, siempre y cuando ella quiera. Lo que descartan no sólo la cúpula dirigente de los populares de la región sino la inmensa mayoría de la organización fundada por Fraga (partidarios o no de Mercedes Fernández) es que la actual alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, pueda encabezar una lista de la derecha en Asturias en el hipotético caso de un pacto de populares y foristas. Si ello se produjera volvería a romperse el Partido Popular en la región y de nuevo aparecería detrás del cisma la figura de Francisco Álvarez-Cascos. Por tercera vez.

Es cierto que ahora, de nuevo, tras la marcha de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, Álvarez-Cascos ha recuperado, al menos teóricamente, cierta influencia en el PP en Madrid. José María Aznar, su valedor, ha ganado protagonismo junto a Pablo Casado, lo que da cierto aire a quien fuera secretario general del partido y vicepresidente primero del Gobierno. Que Álvarez-Cascos está intentando aprovechar esta situación en su beneficio es un hecho, pero si realmente está apostando por una candidatura conjunta con Moriyón al frente está midiendo muy mal sus fuerzas. Más o menos igual que le sucedió cuando se presentó a las elecciones generales de 2011 en Madrid y obtuvo poco más de 6.500 votos de un total de 3.409.331 sufragios.

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