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Fernando Delgado

Las sentidas lágrimas del recio general

Las profundas emociones vividas por "Gallego Fernández" cuando conoció sus raíces asturianas contrastaban con su férreo carácter como héroe militar castrista, curtido en la batalla de Bahía de Cochinos

"Nunca le vi con las lágrimas a flor de piel sobre su rostro, ni en los momentos más solemnes de la revolución", me indicó sorprendido un fiel y cercano colaborador del vicepresidente cubano aquel sábado 30 de mayo de 1992 cuando observó cómo se le quebraba la voz a José Ramón "Gallego" Fernández, quien lloraba emocionado al evocar a sus ancestros asturianos ante la humilde casa de piedra con vigas de madera en la que había nacido su padre en Otura, bucólica localidad de Morcín ubicada en las estribaciones del Monsacro.

El ilustre visitante afirmó entusiasmado: "Sin duda, ésta es mi tierra, ésta es mi gente y también es mi pueblo. Me siento orgulloso de ser hijo de asturianos". Unos minutos antes había recogido en el salón de plenos del Ayuntamiento de Morcín el título de Hijo Adoptivo del concejo.

Dentro de aquel corpulento, robusto y atlético cuerpo conformado como egregio militar latía un gran corazón conmovido y sensible al recordar a sus antepasados. "Gallego Fernández" tenía entonces 68 años y era su primera visita a Asturias y su primer contacto con la tierra de sus padres arropado por Juan Rionda, alcalde de Morcín; María Luisa Carcedo, actual ministra de Sanidad y entonces consejera de Medio Ambiente; y Laura González, presidenta de la Junta General del Principado. El cubano escanció un "culín" para la nueva familia que acaba de conocer: varios primos segundos y terceros por parte paterna.

Toda esta historia había comenzado seis meses antes, en diciembre de 1991, cuando en aquel controvertido viaje oficial a la isla caribeña de la delegación asturiana presidida por Juan Luis Rodríguez Vigil, el "Gallego Fernández" le preguntó si conocía un lugar llamado Morcín de donde le habían dicho que procedía su padre. A partir de ahí, desde el Gobierno del Principado llamaron al ayuntamiento morciniego para que indagase los orígenes familiares del vicepresidente cubano. En Morcín, el apellido Fernández es el más común y fue José Manuel Valle Carvajal, pixueto cura párroco de La Foz, quien, como ratón de biblioteca, quitó el polvo y las telarañas a los archivos parroquiales para descubrir, al fin, un día antes de la visita del vicepresidente, las fes de bautismo de su padre y de sus tíos y el acta matrimonial de sus abuelos.

Se confirmó en aquel momento que Evaristo Fernández Madera e Isabel Fernández Fernández, abuelos paternos de "Gallego Fernández", naturales de Otura, se habían casado en la iglesia parroquial de San Antonio Abad en La Foz de Morcín el 9 de enero de 1882. Del matrimonio nacieron siete hijos: Hortensia (1882), Francisco (1883), Manuel (1886), María Mercedes (1888), Antonio (1891), Teresa (1893) y Filomena Isabel (1896).

Francisco Fernández Fernández, el primogénito de la familia, emigró a tierras cubanas en busca de nuevos horizontes tras la muerte de su madre Isabel en 1909. Llegó con lo puesto y fundó luego un negocio de fondas y hoteles en la ciudad de Santiago. Regresó a España en 1917 y se llevó con él a su padre Evaristo y a su hermano Antonio, el último varón que se había casado con Palmira, una ovetense de El Fresno, actual barrio de Buenavista, y ambos emigraron a Cuba donde nació posteriormente su hijo José Ramón Fernández en 1923 en la ciudad de Santiago.

Antonio, su padre, consiguió la propiedad de una importante hacienda ganadera de más de quinientas hectáreas que "Gallego Fernández" no dudo en entregar a la nación, tras convencer a su madre, cuando triunfó la revolución castrista en 1959.

En aquella primera visita oficial a Asturias en 1992 José Ramón, además de conocer Morcín, visitó también el concejo de Somiedo y se entrevistó con Ángel Fernández Noriega, presidente de Cajastur, y Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo. Mantuvo en Otura un emotivo encuentro con sus primos segundos y terceros como los hermanos Gerardo y Pepe Nava, Juan "el de Ignacio", Luisa y varios integrantes de la familia Cerra. Gerardo Nava, al ver emocionado al vicepresidente, le espetó: "Si por allí te van mal las cosas algún día, ya sabes dónde tienes tu familia".

Durante el puente del Pilar de octubre de 1994, el "Gallego Fernández" visitó por segunda vez Asturias siendo Antonio Trevín presidente del Principado. Se entrevistó con Manuel Sampedro, presidente de Cajastur, y visitó el Museo de la Minería en El Entrego, donde se reunió con José Ángel Fernández Villa y Antonio Hevia. También se desplazó a Colombres para conocer el Archivo de Indianos y fue recibido por Eugenio Carbajal, presidente de la Junta General del Principado. En su apretada agenda tuvo tiempo para volver a Otura a saludar a sus parientes y participar en una espicha en Gijón promovida por la Asociación de Solidaridad con Cuba tras entrevistarse con Vicente Álvarez Areces, entonces alcalde de Gijón. En Oviedo, visitó el Ayuntamiento y la Universidad.

En su segunda visita a Otura, el jueves 13 de octubre de 1994, el vicepresidente cubano afirmó "la familia de Asturias se multiplica como los panes y los peces" ya que aparecieron otros cinco primos más de tercera generación. Se reunió en La Moncloa de La Foz con Antonio Trevín y Nicanor Fernández, presidente de La Probe, le regaló un queso de afuega'l pitu.

En 2004 regreso a Asturias para recoger el título de Hijo Adoptivo de la ciudad de Oviedo, que le había sido concedido en el 2000, y en 2009 el Gobierno del Principado le otorgó la Medalla de Oro que no pudo venir a recoger.

José Ramón abandono el hogar familiar de Santiago de Cuba a muy temprana edad para estudiar interno en un colegio de los jesuitas y posteriormente ingresar en la academia militar cubana. También recibió formación castrense del ejército estadounidense en la base de West Point y participó en 1953 en una fracasada rebelión contra el dictador Fulgencio Bautista que se conoció como "la conspiración de los puros". Estuvo recluido por esta intentona en la prisión de la Isla de Pinos hasta ser liberado cuando triunfó en 1959 la revolución liderada por Fidel Castro. En 1961 tuvo un protagonismo importante en la batalla de Bahía Cochinos al frenar, como jefe de operaciones, la invasión de los exiliados cubanos financiados por la CIA y fue ascendido a Comandante. En el régimen castrista, siempre fiel a los hermanos Fidel y Raúl, desempeñó importantes cargos como director de la Academia Militar, viceministro de Defensa, ministro de Educación y Deporte entre 1974 y 1990, y ejerció como vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba entre 1990 y 2012. También fue presidente del Comité Olímpico Cubano.

Muy accesible, fue el gran relaciones públicas de Cuba en el exterior durante el "periodo especial" y dio entrada a varias empresas asturianas en la isla. En su austero despacho del Palacio de la Revolución, sede del gobierno cubano, recibía con gran cariño a todos los morciniegos y asturianos que le solicitaban audiencia cuando visitaban Cuba. Posteriormente, les llegaba un motorista del gobierno al hotel con una botella de ron y un disco de música cubana como dádiva personal del vicepresidente. Estaba muy informado de todo lo que ocurría en Asturias porque era la segunda patria de este recio general de división en la reserva que lloró y se emocionó en Otura, al pie del Monsacro, aunque sus restos han sido inhumados en Sierra Maestra.

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