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La mirada femenina

Vivir, vivir sin más

El amor como única clave de la existencia

Me he propuesto celebrar la vida. Vivir como si cada día fuera el último. Ya sé que es fácil decirlo y un poco más complicado sostenerlo en el tiempo. Podría parecer un deseo más de año nuevo.

La vida reparte unas cartas. Ella recibió algunas muy buenas, pero no la de la salud. La vida, a veces injusta, se olvidó de dársela. Así que le ha tocado ser fuerte y de hecho está demostrando ser más fuerte que las mismísimas heroínas de la Marvel.

Ha aprendido a vivir el presente y lo vive con una intensidad envidiable. Y encima me dice que estos años han sido los mejores porque ha recibido más amor que nunca. Podría estar en su cama lamentándose de su suerte y en cambio ha optado por vivir con mayúsculas.

Soy afortunada de estar al lado de alguien así que me está enseñando tanto con su actitud y he decidido seguir su ejemplo a pies juntillas. Ella no lo sabe, pero un día a su lado es mucho más enriquecedor que el mejor curso de yoga del planeta. De hecho, observándola, me doy cuenta de lo ciega que he estado a veces. Ya no me planteo la vida de ninguna manera concreta. ¿Sirve de algo pretender? ¿Qué es tener éxito? Para mí, ella ha triunfado más que nadie en el mundo porque ha aprendido a vivir, a vivir sin más.

A menudo nos agobiamos por tantas tonterías. Y perdemos un tiempo precioso preocupados por problemas imaginarios que nos desestabilizan. Que si nos hemos realizado, que si tenemos suficiente dinero, que si los padres, los hijos, los hermanos, o que si tal persona no nos ama o no nos considera lo suficientemente atractivas. Inciso: perdone, señor Yann Moix, pero uno puede amar y ser susceptible de ser amado con el cuerpo roto. De hecho, los mejores orgasmos llegan cuando uno trasciende el cuerpo. Tiene razón, lo que usted dijo es su opinión personal, pero al menos no alardee de su miopía.

Cuando falta la salud descubres que el sol, la música y el amor curan donde ya no llegan las medicinas. Y que puedes vivir más tiempo si amas y te aman. Que se puede y se debe amar hasta el final porque de este mundo sólo nos llevamos eso, nuestras vivencias. Y porque amando anestesiamos un poquito el dolor, que es lo que más nos asusta, más que la muerte misma. Y no hay que ponerse excusas ni límites, y simplemente escuchar lo que necesitas, lo que sientes, lo que eres en cada instante, y comunicarlo si puedes y si te apetece.

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