Pablo Casado ha optado por la secretaria de Comunicación del PP, la periodista Isabel Díaz Ayuso, como candidata a la Comunidad de Madrid. Y luego hay quien dice que en el periodismo no se tiene futuro. Los publicistas del PP afirman que Ayuso es una gran experta en redes sociales, así que supongo que es lógico que en un mundo dominado por las redes sociales haya expertos en ellas alcanzando altos designios. Altos designios literalmente, dado que ha sido designada por Casado. Ni primarias, ni gaitas, ni trompetas. Designación. Presidencialismo puro.
-Eres la designada.
-Gracias señor por tanto.
Dicen en los cenáculos que el actual presidente popular de la Comunidad madrileña, Ángel Garrido, ha aceptado el sopapo, el no ser candidato, con gran elegancia. Ya les digo yo desde aquí que la tal elegancia habrá sido proporcionalmente mayor a lo que le hayan prometido para el futuro. La renovación es algo de lo que todo el mundo es partidario hasta que le toca. A no ser que sea renovación de contrato. El otro mérito de Ayuso, además de la veteranía en el PP, es ser muy conservadora, lo cual la hace ideal para competir con Vox, que podría tener altas expectativas electorales en Madrid. Madrid, ya saben, "rompeolas de todas las Españas / Tú sonríes con plomo en tus entrañas", que dijera Antonio Machado.
Ayuso se ha paseado/fogueado por las televisiones estos días poniendo en duda las bondades de las leyes contra la violencia de género, lo cual no es machadianamente bueno. Ignoramos si el ayusismo es moda pasajera o Casado pretende dar esa impronta a su partido. Las derechas se han lanzado a una competencia furibunda entre ellas pese a que se están aliando, sobre todo en Andalucía. Algunos analistas opinan que dividida en tres suman más y otros lanzan llamamientos a una coalición entre PP y Vox.
Casado es partidario de la triple alianza a la andaluza también en Madrid o Valencia pero Ciudadanos, Albert Rivera, parece ser más partidario de uy, ¿Vox? ah, no sé, nosotros sólo nos hablamos con el PP. Le falta decir, parodiando a Rajoy, "ese partido del que usted me habla". Que por cierto es el partido del que habla todo el mundo. Los medios también. Los medios sobre todo, dado que da audiencia. Más que pescadilla puede ser la pesadilla que se muerda la cola.
