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Mario Antuña

Llanes no es la "Sicilia del Norte"

Las declaraciones del alcalde llanisco por el asesinato del concejal Javier Ardines

No, Llanes no es la "Sicilia del Norte", como desafortunadamente la calificó el alcalde del concejo, Enrique Riestra, en un programa de televisión. Ni lo es, ni puede, ni debe serlo. Las pasadas navidades no encontré sicarios, ni vendettas, ni "omertá" (la ley del silencio). Volvía a Llanes entonces un tanto alarmado, como se alarmaron otros muchos visitantes, turistas o vecinos, tras el espacio televisivo que abordaba el asesinato del concejal de IU, Javier Ardines. Y me encontré el Llanes que me gusta y al que regreso cuando tengo ocasión. Declaraciones como éstas hacen mucho daño a un concejo cuya buena ganancia del PIB proviene del turismo.

Hace cinco meses que se produjo el vil asesinato del edil. Las investigaciones, a cargo de la minuciosa y competente Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, aún no han dado sus frutos, como todos desearíamos, para que el culpable o culpables sean llevados ante la justicia. Pero seguro que más pronto que tarde se esclarecerá el caso. La Delegada del Gobierno en Asturias afirmó, esta semana, que la investigación estaba "muy centrada". Dejemos a los investigadores realizar su trabajo.

El programa televisivo de investigación, que nada aclaró y mucho menos resolvió, realizaba, con la voz impostada de la narradora, una gira por personas e instituciones cercanas al concejal asesinado. El guion parecía escrito por la mismísima Agatha Christie. Se dejaba entrever de forma malévola, para eso están las audiencias, que cualquiera de los entrevistados podrían tener algún motivo para una supuesta culpabilidad. Y acababa con las declaraciones sentidas -y políticamente interesadas- del regidor que apuntaban hacia un clima de opresión, corrupción y clientelismo generado durante las décadas que el PSOE gobernó Llanes.

Desconozco la vida política de Llanes más allá del trazo grueso de titulares de prensa. Sé que los jueces han dado en ocasiones la razón, y en otros no, a denuncias contra decisiones urbanísticas, obras y planes. También conozco que, tras las últimas elecciones, todos los grupos políticos de la oposición, de diferente color e ideología, se unieron para quitarle el gobierno a los socialistas. Legítimo y democrático es, y seguro que sus razones tendrían para aglutinar tan diferentes opciones.

Éste no es el caso que me preocupa. Desde el execrable e injustificable asesinato el concejal Javier Ardines, he escuchado, al menos, cuatro posibles móviles. A ninguno he dado pábulo y no lo haré hasta que la Guardia Civil determine quién y por qué cometió tan condenable acto. Pero tampoco me parece justo ni razonable que, de forma interesada, desde la Alcaldía se haya apuntado en televisión la presunta culpabilidad en una única dirección, obviándose los otros posibles motivos que, sin duda, también se conocen.

Ni unos, ni otros. Lo mejor es guardar silencio. Porque el daño que se puede causar a Llanes denominándola la "Sicilia del Norte" es enorme para la dignidad de sus vecinos, la imagen del concejo y un sector económico, el turístico, del que muchos viven.

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