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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

El centro está bajo sus pies

El dramaturgo Bertolt Brecht ponía el comunismo en el medio en 1933: "Llamar a derrocar el orden existente / parece espantoso. / Pero lo existente no es ningún orden. / (...) El comunismo es en realidad la exigencia mínima / lo más inmediato, moderado, razonable. / Quien se opone a él no es un pensador discrepante / sino un irreflexivo o quizás alguien / que sólo piensa en sí mismo / un enemigo del género humano / (...) alguien que quiere lo extremo (...)".

La política se representa en dos dimensiones -la línea que une los extremos de la derecha a la izquierda-, pero se nombra en tres, por eso llama "centro" al "medio". Pablo Casado puso su liberalismo en el centro (en el medio) antes de la convención de convencidos. Dijo del trato para que no gobierne el PSOE ("la lista más votada") cerrado en Andalucía: "Somos el centro, capaz de pactar a derecha y a izquierda". A derecha, Vox; a izquierda, Ciudadanos. Con este truco retórico pasó el PP del centro-derecha al centro de la derecha. Más allá de Ciudadanos está el abismo del "socialismo trasnochado".

Para centrarse, Ciudadanos defenderá los vientres de alquiler y la eutanasia. Más negocio, porque la ciencia de hacer bebés lo permite; más muerte, porque lo hace necesario la ciencia que ni sana ni deja morir. El resto está bien.

En una lectura escolar, el rey preguntaba dónde estaba el centro de la Tierra y un sabio le contestaba que donde pisara, porque, al ser redondo el planeta, si se excavase siempre se llegaría al núcleo. Cualquiera puede colocar el centro bajo sus pies, con la inocencia que el niño se coloca en el centro del universo, pero negar el hemisferio izquierdo es terraplanismo, la teoría contra la redondez de la Tierra que coloniza la estupidez contra la evidencia científica. Buen viaje al borde.

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