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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

El coche se siente sucio

La inteligencia artificial se diseña también con natural estupidez porque se concibe a nuestra imagen y semejanza. Hay un directivo de estas cosas que ve posible que el coche autónomo llegue a saber cuándo tiene que lavarse. Es mera cuestión de sensores.

Si los coches autónomos conducirán por nosotros podrán conducirse por sí mismos hasta el baño automovilístico. ¿Es una ventaja? Depende de lo que hagan de camino. Hay algo de versión automovilística del relato de Woody Allen sobre un tipo que pagaba la fianza de su cuerpo astral, que se separaba de él por las noches, se iba de juerga y le vaciaba el crédito de la tarjeta.

Si un coche autónomo se siente sucio y va a lavarse es posible que acabes llegando tarde a una cena de matrimonios por el equivalente electrónico a ese acompañante que tarda tanto en arreglarse.

En la ruta hacia los futuros automóviles autónomos nos enfrentaremos al riesgo de la arbitrariedad de los fabricantes de sensores, sobre todo si no dejamos de avanzar en esta sociedad que identificar ser con sentir. Los sensores hacen los coches sensibles. En cuanto, merced a sus muchos sensores, tengamos coches autónomos sintientes se exigirá que tengan derechos.

Eso es broma, pero el debate de las aseguradoras y de la industria automovilística es serio porque no saben si van a asegurar las vidas de los ocupantes ya que el coche autónomo elegirá la maniobra que va a hacer en caso de colisión, a quién beneficiará según unos criterios programados.

Será interesante la programación que puedan llegar a tener los coches según su precio, ya que la seguridad se ofrece y se elige y muchas personas solas viajan en tanques cuatro por cuatro, sólo por ser más fuertes y altos en caso de colisión.

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