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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La Milla Náutica

El Campus del Mar, una iniciativa de visionarios que merece valorarse

Aún es pronto para determinar si la reciente iniciativa de crear un Campus del Mar en Gijón en torno a cinco centros que comparten sinergias formativas y de investigación merece arribar a buen puerto. Se trata, cuando menos, de una "afortunada concurrencia", en frase acuñada por el rector de la Universidad, que suele ser tibio en sus manifestaciones cuando se trata de innovar.

Reconociendo que no es momento aún para echar las campanas al vuelo ni las redes a la mar, la iniciativa merece valorarse, abordarla con serenidad y apoyarla si se dan, como parece, las circunstancias favorables que permitan multiplicar esas sinergias, tan evidentes como aún poco explotadas.

Gijón es ciudad abierta porque nunca dio la espalda al mar. Un puerto -El Musel debería sumarse, al menos como observador, a la propuesta- es ante todo un portón y el de esta ciudad nunca se entorna a iniciativas talentosas. Acuérdense cuando, hace dos décadas, comenzó a fraguarse en el imaginario el Parque Científico y Tecnológico. Los primeros visionarios fueron tachados de antojadizos, pero hoy nadie discute el valor añadido que a esta ciudad aporta la Milla del Conocimiento, el Silicon Valley de Asturias.

¿No habrá al menos que escuchar la exposición de motivos de estos nuevos visionarios de la Milla Náutica, y otorgarles al menos el beneficio de la duda?

Muchos soñamos con un Gijón Azul, basado en la atracción de actividades económicas de alto valor añadido ligadas al mar, que impulsen un desarrollo económico basado en el conocimiento y la tecnología. Lo mismo que en Cabueñes, pero en la fachada litoral, mirando al mar.

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