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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Resucitan las dos Españas

Cuando más necesidad hay en la vida pública de recaudar consenso, de adoquinar con cemento sereno el camino de la negociación, del toma y daca razonable, del "facio ut facias", del "do ut des", más se empeña la clase política en resucitar las dos Españas y enfrentarlas en claroscuro duelo a garrotazos, al modo que pintó Goya; o que dibujó Unamuno con palabras en "Del sentimiento trágico de la vida".

Muchos españoles no queremos las dos Españas enfrentadas; ni una sola, grande y libre si alguien pretende apoderarse de su soledad, de su supuesta grandeza y de la libertad de todos. No queremos regresar a esa España de asalto y bayoneta que dividió a los dos Machados, uno en el bando nacional (Manuel) y el otro en el republicano (Antonio).

A estas alturas, ¿quién pretende obtener rédito de enganchar a hermanos con hermanos, padres con hijos, catalanes con andaluces, madrileños con vascos? ¿Quién busca apropiarse en exclusiva de los hilos del guiñol para que las marionetas saquen a pasear lo peor del ADN patrio? ¿Alguien de mentalidad medianamente lúcida está dispuesto a retornar al oprobio, al atraso, a la ignorancia, a la envidia, al cainismo, a la brutalidad de otros tiempos? ¿Hay que ser por fuerza o castizos o afrancesados; integristas o anticlericales; centralistas o periféricos?

El empeño en tomar por asalto la calle, el lenguaje belicista, la exhibición de emblemas comunes con fines partidistas, la exaltación de la diferencia... ¿tienen hoy cabida en una nación que se precie de moderna?

¿Habrá que darle la razón a Larra y anunciar que aquí yace media España, víctima de la otra media?

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