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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El colchón de Sánchez

Seamos sinceros: usted y yo, salvo que nos poseyera un ánimo fetichista, que no es el caso, también le haríamos ascos a dormir en el mismo colchón en el que retozó Rajoy. Pero no por temor a que se nos pegara esa dicción atropellada y silabeante, el olor impregnado a habano bajo la colcha o el vicio matinal de ojear el "Marca" en pijama y zapatillas.

Es cuestión de higiene, de pudor personal, de manía incluso, puesto que el dicho de que dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición al que alude Sánchez para denigrar del somier de su antecesor casi nunca se cumple: hay parejas donde uno es del Oviedo y la otra del Sporting y el domingo por la noche, si los resultados no acompañan, duermen de espaldas. Las hay donde uno a votó a Moriyón y la otra a Mario del Fueyo, quienes a su vez cohabitaron políticamente sin mayor reparo. Se ha dado el caso de matrimonios gijoneses que duermen en la misma cama adoselada donde ninguno de los cónyuges entregó su sufragio a Mariano Marín...

Más debería preocuparle al actual inquilino de la Moncloa si el colchón del tálamo es viscoelástico, sensible a la temperatura corporal y si había hecho ya, por la frecuencia del uso, un molde mullido de la silueta de Rajoy. Eso sí sería como tener al fantasma del enemigo enredado entre las sábanas, recitándole cada noche al oído "mire usssté, señor Sánchez", en cruel pesadilla.

También es relevante saber si la cama de Rajoy disponía de canapé, que los bajos del lecho de un presidente de Gobierno son como las alfombras de los ministerios: un escondrijo donde resguardar del ojo público las miserias del Estado.

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