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Pablo Castaño

El plan de pensiones de Pablo Casado

Las propuestas para hacer más atractivos los fondos privados de jubilación

Con el ruidoso debate sobre la sostenibilidad de las pensiones públicas de fondo, Pablo Casado ha lanzado sus propuestas para complementarlas. El candidato del PP asegura que, si gobierna, "blindará" el ahorro que realicen los españoles pensando en su jubilación. Para ello rebajará impuestos a los fondos privados de pensiones y extenderá sus beneficios fiscales a cualquier activo en el que un contribuyente decida ahorrar para su jubilación, incluida una vivienda, una obra de arte o hasta bitcoins.

Se puede estar de acuerdo o no con la conveniencia de incentivar los sistemas privados, pero lo que es indudable es que hoy por hoy los fondos de pensiones son menos atractivos en España que en la mayoría de los países de su entorno por el marco fiscal, por los altos costes operativos y por la baja rentabilidad. Y sobre ese último aspecto no hace falta llevar la comparativa al otro lado de las fronteras. Un reciente estudio de Pablo Fernández, Juan Fernández Acín y Mar Martínez, de la Universidad de Navarra-IESE Business School, destaca que la rentabilidad media de los fondos de inversión en España en los últimos 15 años (2,39%) fue muy inferior a la inversión en bonos del estado español a 15 años (4,55%) y a la inversión en los valores del Ibex 35 (5,33%). Además, sucesivos estudios de Pablo Fernández, el profesor que más ha analizado los fondos españoles, señalan que las comisiones rondan el 2%, con lo que se comen la exigua rentabilidad anual.

El beneficio fiscal es el atributo que más valoran los partícipes en planes privados de pensiones, según los estudios de la patronal Inverco, y la propuesta de Casado incide en su mejora. En la actualidad, la ventaja fiscal de los planes y fondos de pensiones consiste en que las cantidades en ellos invertidos, con un máximo de 8.000 euros anuales o del 30% de los rendimientos netos del trabajo, rebajan la base imponible del impuesto sobre la renta (IRPF) del contribuyente. Ahora bien, a partir de la jubilación y al ir rescatando el dinero ahorrado, el contribuyente debe pagar por esas cantidades como parte de su renta. Lo que plantea el candidato del PP es eximir del pago de impuestos a ese dinero que es rescatado y además extender los beneficios fiscales de los que hoy gozan los fondos de pensiones a cualquier activo en el que cada uno decida ahorrar para su jubilación.

Una mejora de la fiscalidad hará más atractiva la inversión en el sistema privado de pensiones y, a la vez, una mayor competencia de productos de ahorro con ventajas fiscales puede contribuir a la mejora de las condiciones de la oferta de los planes, a que bancos y gestoras rebajen los costes de gestión y sean más innovadores. No obstante, no hay que olvidar que con los bajos tipos de interés actuales es muy difícil conseguir buenas rentabilidades. El estudio de la Universidad de Navarra-IESE incluso señala que de los 642 fondos a 15 años analizados 17 tuvieron rentabilidad negativa, de hasta el -5,8%. Los peligros no sólo acechan a los modelos públicos de pensiones de reparto.

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