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Luchar por el clima o hacer novillos

La manifestación para concienciar sobre el cambio climático

Dejó dicho el profesor Margalef que: "Muy raramente los problemas ambientales de fondo (es decir, los fundamentales) reciben otra cosa que medidas cosméticas, a pesar de que a largo plazo estos problemas pueden afectar asimismo a los humanos".

Al igual que cultivamos los valores de convivencia y respeto al prójimo, de una forma tan natural como la vida misma, en los tiempos que corren, el ecologismo debería estar presente en nuestras conciencias y en nuestro comportamiento. Es más, aunque solo sea por puro egoísmo y sin saber si hemos alcanzado el punto sin retorno de la salvación de la humanidad, tal como hoy la conocemos, y si ya nos asomamos al abismo de la gran catástrofe, algo hemos de intentar, aunque nos tengamos que agarrar a un clavo ardiendo para solucionarlo. Son dos conceptos diferentes pero qué trabajo nos cuesta distinguirlos. Por una parte, está el planeta Tierra, al que nada le importa que la temperatura ascienda 40 grados o la corteza terrestre se cubra por entero de ardiente lava; que retorne la edad del hielo o desaparezcan la capa vegetal y el agua; ella continuará girando sobre sí misma y alrededor del sol, por supuesto, sin estar capacitada para reconocer si alberga algún tipo de existencia. Por el otro, está en juego la supervivencia de la especie humana, de nuestra civilización que, con el calentamiento terrestre, la destrucción de la capa de ozono; en muchos lugares el ascenso, en progresión geométrica, de la temperatura; la desertificación; el deshielo del Ártico y la subida del nivel del mar?, los desastres naturales que todos esos cambios causan y que están a la orden del día, en un mundo que prosigue deslumbrado por la industrialización sin apreciar que está a punto de autodestruirse.

Hemos de variar el pensamiento catalogando el ecologismo como una necesidad, como una religión. Tan solo de esta forma, insisto, podremos seguir existiendo sobre la Tierra. A los habitantes de a pie, la mayoría de los gobiernos los tienen aletargados con el presente inmediato, no se enteran de que únicamente ellos, presionando a sus dirigentes y a la sociedad misma en su conjunto, serán capaces de corregir tales y tan nefastas costumbres para asegurar el futuro. A la vista está, nuestras generaciones han sido incapaces de frenar el deterioro climático. Esta claro que por flagrante negligencia nos toca entregar el testigo a quienes mejoren la gestión; los jóvenes son los que han de coger las riendas porque de ellos mismos y de la resolución que emplee, depende su porvenir. Como la misma Greta pregona: los niños ven amenazado su mañana porque otras personas se lo están robando. Ya se ha posicionado Greta Thunberg, una niña sueca de 16 años, llegó en silencio, con palpable timidez, para sacarnos los colores. Qué vergüenza cuando proclama "no deberíamos tener que faltar a clase para luchar por el clima". Comenzó en agosto su solitaria lucha y ya es todo un símbolo para la defensa medioambiental. Todos los viernes del año se dirige al centro de Estocolmo, junto a la sede del Parlamento sueco, para obligarles a cumplir el Acuerdo de París.

Un eslogan que se ha hecho viral en las redes sociales: "FridaysForFuturo" = "Viernes para el futuro" y que culminará hoy, 15 de marzo, con una manifestación conjunta en más de 80 países, para concienciar sobre el cambio climático. Oviedo será una de las ciudades que se sumará a tan importante evento. ¡Apoyémoslo!

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