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Laviana

Más allá del Negrón

Juan Carlos Laviana

Te bloqueo

La función de bloquear a quien no piensa igual, metáfora de una sociedad cada vez más cerrada

El mundo virtual nos retrata. Las redes nos ofrecen un abanico de posibilidades para protegernos del prójimo: Silenciar, denunciar o bloquear. Desde que hemos descubierto estas funciones para eliminar de nuestras vidas a quien no piensa igual, no damos abasto. Es tan fácil. No me gusta lo que dices, te silencio. No estoy de acuerdo, te bloqueo. No piensas como yo, te denuncio. A base de podar el entorno, construimos un mundo a nuestra medida. En el que no haya nada que nos ofenda, nada que nos contradiga, nada que nos haga replantearnos nuestras posiciones. Nos estamos quedando solos con nosotros mismos y los que piensan igual que nosotros.

Las redes sociales acaban siendo el espejo de nuestra vida o, al menos, de lo que nos gustaría que fuera. Han contaminado hasta la misma vida familiar. Mi hijo me acaba de silenciar como castigo por mi carácter gruñón. Mi hija hace tiempo que me ha bloqueado, porque dice que la espío, lo que debo reconocer que es verdad. Antes uno tenía que aguantarse. No podía bloquear a los que pensaban diferente y mucho menos a los padres. Tenía que conformarse con aquel pensamiento liberador de por un oído me entra y por otro me sale. Pero, al final, tenía que enfrentarse al momento ineludible: "Ahora vas a estar ahí sin moverte y vas a escuchar todo lo que te tengo que decir". Horror. No podías bloquearle. No podías darle al of. No podías cerrar las orejas. Tenías que tragar. Pero ahora ya no tragamos ni una.

El fenómeno va mucho más allá de la vida familiar. En la vida política, es el pan nuestro de cada día, Rivera ha bloqueado al PSOE. Casado ha bloqueado a la vieja guardia de Rajoy. Abascal amenaza con bloquear un posible gobierno de la derecha. Iglesias ha bloqueado a los errejonistas. Y Sánchez ha bloqueado a la mitad de su partido y a todos aquellos que no necesita para gobernar. La política ya no construye, sino que destruye. Se hace a la contra: contra Rajoy, contra Sánchez o contra la derecha "trifálica" o "tricéfala", que bautizó la ministra.

Y qué decir de las políticas lingüísticas. En Baleares están bloqueados todos los que no hablen catalán, Feijóo acaba de bloquear a los que no hablen gallego. Por no hablar de Cataluña y el País Vasco, donde más que un bloqueo es una persecución. Aquí en Asturias estamos empantanados con la oficialidá. Nos hemos bloqueado unos a otros con una violencia verbal propia de hooligans. No hay asunto que despierte tanto odio en las redes como la llingua o la lengua, precisamente lo que más debiera unirnos.

Vivir bloqueado, o bloqueando, desemboca en la más miserable de las existencias. La única forma de abrir la mente es tener la posibilidad de elegir por nosotros mismos entre las más variadas opciones. Si no escuchamos, no pondremos nunca a prueba nuestras opiniones, no las contrastaremos. Hagamos la prueba de desbloquear al enemigo. Lo peor que puede pasar es que nos convenza.

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