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Centros tecnológicos, apuesta de valor de la I+D+i

Hablar de Centros Tecnológicos es hacerlo de entidades que llevan en su ADN la innovación y la tecnología, que centran su actividad en cumplir su misión, que no es otra que trabajar mano a mano con el sector industrial siendo un enlace ágil y eficaz de apoyo a la I+D+i dirigido al tejido productivo y en especial a las Pymes.

Se entiende el papel de los Centros Tecnológicos como socios estratégicos de las empresas en la generación de conocimiento cercano al mercado, ayudando a cruzar el conocido "Valle de la Muerte" donde muchas ideas no llegan a ver la luz. Símil planteado por la Comisión Europea en el lanzamiento del programa Horizonte 2020 donde se analizaba y se hacía especial hincapié en la necesidad de Europa de ser capaz de llevar las ideas y el conocimiento generado al mercado.

La existencia de los Centros Tecnológicos se encuentra consolidada desde hace décadas especialmente por Europa, con ejemplos relevantes como son los institutos Fraunhofer en Alemania, el TNO en Holanda o VTT en Finlandia, motores de la innovación y transferencia tecnológica en sus respectivos países. En España la mayoría de los Centros Tecnológicos se encuentran agrupados en la Federación Española de Institutos Tecnológicos FEDIT. Se trata de organismos de investigación privados, sin ánimo de lucro, bajo una forma jurídica que en la mayoría de ellos es de Fundación, donde el órgano de gobierno es un patronato, formado mayoritariamente por empresas industriales, así como los gobiernos de las distintas Comunidades Autónomas y, en algunos casos, la Universidad.

Este tipo de entidades y su modelo representan un buen ejemplo de colaboración público-privada, al combinar políticas públicas de apoyo al desarrollo innovador y tecnológico, con las necesidades reales del mercado y la industria productiva para la generación de riqueza en un determinado territorio.

Desde el año 2008 existe un registro nacional de Centros Tecnológicos dependiente del Ministerio que regula, según el Real Decreto 2093/2008, a estas entidades. En España se encuentran en este momento registrados un total de 63 Centros Tecnológicos, de los que tres son de Asturias: IDONIAL, CTIC y ASINCAR.

La casuística de los centros tecnológicos nacionales es diversa en función de cada Comunidad Autónoma y del tejido empresarial al que dan apoyo. Así existen centros tanto especializados en determinados sectores como el aeronáutico, automoción... como generalistas o por tecnologías.

En nuestro caso, el Centro Tecnológico IDONIAL desarrolla su actividad de I+D+i en distintas áreas como son: aceros y aleaciones metálicas, refractarios, superficies, materiales activos, plásticos, ingeniería, tecnologías de fabricación avanzada, soldadura, industria digital así como servicios tecnológicos de materiales, producto y proceso con una orientación multisectorial al trabajar en sectores como energía, siderúrgico, bienes de equipo, refractarios, aeronáutico, automoción, salud, defensa, construcción, refractario, industria de la ciencia, , químico,?

El actual Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020 contempla la creación de una red de excelencia de Centros Tecnológicos, denominada y conocida como la Red Cervera y que se encuentra en estos momentos en proceso de lanzamiento.

Se trata por lo tanto de un modelo ya probado, que mide su desempeño en función de la mejora competitiva de las empresas y de su contribución al desarrollo económico de su entorno y que desarrolla su actividad en un mercado abierto e internacional de innovación, transferencia de tecnología y tracción de inversión privada en I+D+i. Este entorno global y altamente competitivo condiciona el posicionamiento de los Centros Tecnológicos en una continua búsqueda de la mejora de su propia competitividad.

Tradicionalmente los Centros Tecnológicos han sido también elementos de apoyo al despliegue de políticas públicas de fomento de la I+D+i en los territorios en los que operan. Buen ejemplo de ello es el apoyo regional en el despliegue desde 2014 de la Estrategia de Especialización Inteligente de las regiones RIS3, que busca fomentar las fortalezas que una determinada región europea tiene en determinadas áreas de especialización en innovación y tecnología. O más recientemente, en la apuesta europea por los Digital Innovations Hubs donde los centros de competencia tecnológica han de jugar un papel relevante.

Asimismo ponen a disposición sus conocimientos y capacidades tecnológicas para dar soporte y unirse a la oferta que una determinada región puede presentar a la hora de atraer inversiones, complementando y haciendo más atractiva y enriquecedora dicha oferta.

En España, los Centros Tecnológicos son un aliado consolidado de las políticas que buscan optimizar el retorno de los fondos europeos para I+D+i y que se ha traducido en un aumento importante de estas actividades en los últimos años, ocupando un papel relevante en retorno de financiación europea en proyectos de I+D+i. En Europa, destacan asimismo este tipo de entidades por su participación activa en plataformas y redes tecnológicas, colaborando en las estrategias y definición de líneas de trabajo futuras en I+D+i.

En el tan conocido cambio de modelo productivo hacia una economía basada en el conocimiento, estas entidades representan un buen ejemplo de lugares idóneos para retener y atraer talento, dando la oportunidad a que profesionales del ámbito de la investigación y la tecnología puedan disponer en su propia región de entidades de primer nivel donde desarrollar su carrera profesional en entornos altamente innovadores.

Por eso, el capital humano es el elemento fundamental en este tipo de organismos, más allá de los laboratorios y del equipamiento altamente tecnológico con el que habitualmente cuentan. El trabajo del día a día requiere de altas dosis de creatividad e innovación, de control del riesgo que siempre va asociado a cualquier actividad innovadora, no exenta por otra parte de errores, pero que sin ellos no sería posible avanzar en la continua búsqueda de hacer las cosas cada día mejor.

Nos encontramos inmersos en un proceso de cambio tecnológico como nunca antes se había producido, donde la velocidad de cambio genera vértigo. Es imposible para una sola entidad disponer de todo el conocimiento que las distintas disciplinas tecnológicas requieren. La colaboración y el disponer de socios tecnológicos que ayuden a las empresas a avanzar en esta imparable Industria 4.0 se hace indispensable. Detrás siempre estará un grupo de profesionales comprometidos en resolver los retos futuros de una industria cada vez más innovadora y tecnológica y construir con ello una sociedad mejor.

Siempre que tengo oportunidad me gusta finalizar con una frase sencilla y ya conocida, pero que transmite un mensaje muy claro, "innovar es arriesgado, pero más arriesgado es no innovar".

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