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Mangas y capirotes

Las guerras de las Champions

Sobre la creación de una Superliga europea que se jugaría los fines de semana

El despropósito y la locura parecen haber llegado, otra vez, al fútbol europeo en las últimas semanas. La propuesta, ya firme, que han puesto sobre la mesa la UEFA y la ECA (Asociación de Clubes Europeos), es la creación de una Superliga continental, liderada por los grandes equipos, que se apropiaría de los fines de semana -de sus horarios- y relegaría a los clubes medianos y modestos a unos campeonatos nacionales jibarizados, que habrían de disputar sus encuentros en días laborales, entre semana, los que actualmente ocupan las Champions y Europa League. El proyecto ha levantado una oleada de protestas entre marginados y perjudicados y muchos aspavientos en las páginas deportivas de los medios de comunicación que se hacen de nuevas ante un escándalo ya largamente anunciado. ¿O no se acuerdan ya nuestros colegas de la trama negra no tan lejana del Football Leaks?

Les recuerdo la conspiración: el plan secreto de los grandes europeos era constituir entre ellos una Superliga, eliminar la Champions y reducir de paso los campeonatos nacionales. Máscaras fuera, por tanto. ¿Alguna sorpresa, alguna novedad? Sí, que la UEFA, relegada en el inicial plan mafioso, se ha subido ahora al carro de sus enemigos y quiere bendecir y liderar orgánicamente la gran reforma. Pero ¿por qué se hace público el proyecto ahora y se le pone ya fecha de ejecución para la temporada 2024-25?

Los grandes han ido madurando el proyecto, cumpliendo plazos internos, creen olvidado el Football Leaks y llegado el momento ya de poner sus cartas sobre la mesa. Y, sobre todo, en su fantasiosa voracidad, alimentada por informes de algunas interesadas consultoras, calculan que están perdiendo ¡900 millones de euros! por temporada y cabeza. Y, claro, si lo comparan con lo que actualmente reciben por su intervención en la Champions -la UEFA reparte 1.950 millones de euros entre los participantes; 82 para el campeón cada temporada- la diferencia es abismal.

Algún argumento hay, en consecuencia, que explicaría el malestar y en alguna medida la conspiración. Son los clubes los que mantienen esta floreciente y ya primera industria del ocio, quienes arriesgan su patrimonio, ponen los estadios y los jugadores, ciertamente, pero reciben a cambio una contraprestación no tan roñosa de la instancia administrativa que organiza los torneos nacionales. La UEFA, por otra parte, su oscurantismo, sus finanzas, ya han estado en el ojo del huracán en otras ocasiones, pero vuelve la asociación por donde solía.

Sin salirnos de los documentos publicados por la Red de Colaboraciones de Investigación Europea, que ha desvelado los documentos del Football Leaks, el máximo organismo del fútbol europeo habría permitido inyecciones económicas multimillonarias y fraudulentas al París Saint Germain y al Manchester City por parte de los gobiernos autoritarios del Golfo Pérsico, que son quienes controlan esos clubes. Y la última evidencia, pasada también con poca relevancia en los medios, cuando se esperaba una condena ejemplar para esos clubes Estado del Golfo, que están distorsionado toda la estructura del fútbol, el TAS sentencia que la demanda de la UEFA decae por presentación fuera de plazo. ¡Vaya golazo en propia puerta! O connivencia/prevaricación en toda regla, como algunos, sotto voce, han apuntado.

Llegados a este punto y ante la indignación general de los modestos contra la casta, parece, sin embargo, que el tiro de la ECA puede salirle a esos clubes por la culata. Pondrán pie en pared todos los perjudicados. Las competiciones nacionales, base de todos los torneos, no pueden quedar desmanteladas y relegadas a un segundo plano y los aficionados no van a aguantar un desprecio semejante? Ayuda también que los corsarios de la Premier acaben de pasarse al bandolerismo romántico y colaboren a parar el golpe. "Defenderemos nuestro calendario y la fidelidad a nuestro fútbol, que pasa de generación en generación". Lo anuncia con rotundidad la FA for All. Y? sin la vieja madre inglesa y los equipos de su prestigiosa Premier es difícil la reforma. Hoy por hoy y a pesar de lo publicitado , el cisma europeo -el Footxit- no parece probable.

El desenlace ya lo había adelantado, en parte, el presidente Tebas: "Son planes de barra de bar, a las cinco de la mañana". Y apunta bien el presidente de la LFP porque a esas horas solo están abiertas las casas de tolerancia.

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