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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

No hay nada superado

No hay nada felizmente superado. Ni infelizmente, que es como se superan la muerte de los seres queridos y otras heridas graves. No hay nada superado. Ni la esclavitud, que está abolida y nunca ha habido tantos esclavos.

En una zona más templada, creíamos felizmente superada la crudeza laboral victoriana, pero unos años de liberalismo y una crisis han repuesto en escena al trabajador pobre que necesita vivir 30 días al mes, pero el dinero para hacerlo se le acaba antes.

Parecía felizmente superado hablar de "reconquista", salvo para nombrar el hotel de lujo en Oviedo que acoge un edificio del siglo XVIII que se levantó para hospicio. Ahora, los populismos vacíos usan la palabra "reconquista" para referirse a religión, tradición, emoción y nación y les queda poco espacio para proponer políticas concretas. Cuanto más se repite "reconquista" menos se habla de "conquistas sociales".

La Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad del Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales en 1973 y la Organización Mundial de la Salud la retiró de su lista de enfermedades mentales en 1990, pero el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, piensa que la homosexualidad tiene cura y que se logra con terapias ilegales. La homosexualidad tiene curas y monjas, pero, para tener cura, ha de ser una enfermedad. La ciencia que la calificó así rectificó después. La religión aún no ha superado ni siquiera infelizmente la existencia de la ciencia.

Reig Pla también tiene un plan de cinco pasos para recuperar la virginidad perdida antes del matrimonio. Eso sí es una reconquista, monseñor. No hay nada superado. Ni siquiera que la virginidad sea un valor.

Así de inocentes y de jodidos estamos.

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