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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Indecisos que lo tienen claro

Cuando la indecisión esconde realmente un sentimiento creciente de indignación

Hay indecisos que lo tienen muy claro, pero no lo dicen al encuestador. Dentro del 40 por ciento de españoles que según el último barómetro del CIS aún no ha decidido su voto en las elecciones generales -más de 14 millones de electores, se dice pronto- existe una amplia bolsa de indignados que disfrazan de indecisión su contrariedad con partidos políticos que han defraudado sus expectativas. Y que pueden salir por peteneras. O sea, que votantes de Podemos de hace cuatro años podrían entregar ahora su papeleta a Vox.

La reflexión, por peregrina que pueda parecer, la hace un veterano dirigente socialista gijonés que no contiende en las urnas actuales pero que está bregado en mil batallas electorales precedentes. Según su visión del asunto, al PSOE debería preocuparle que la mayor parte de los indecisos se encuentran en zonas de escaso poder adquisitivo y un porcentaje muy elevado son muy jóvenes. A su juicio, puede ocurrir que los indignados de entonces, de gusto podemista, den paso una legislatura después a que el cabreo los aproxime a la derecha más extrema.

El mismo conspicuo socialista le tiene pánico a los pronunciamientos triunfalistas del último avance del CIS, que otorga una ventaja cada vez más holgada a su partido respecto a sus perseguidores. Su lectura de los hechos llama a los socialistas a no dormirse en los laureles, puesto que la ilusión de una victoria segura puede desmovilizar al electorado.

En resumidas cuentas, que los indecisos no lo son tanto pero sí pueden ayudar a la sorpresa.

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