Alguien fotografió un agujero negro de proporciones inmensas colocando un montón de telescopios en lugares estratégicos. Tiene que ser algo muy importante cuando todas las televisiones ofrecieron esa imagen desenfocada llena de fuego. No es de extrañar que no saliera nítida. A cualquiera se le mueve la cámara cuando dispara a un objeto, en este caso a un agujero negro, que está a una distancia de cincuenta y cinco millones de años luz. Dicen que es una proeza científica, y tiene que ser cierto cuando todas las televisiones lo dieron mañana y noche
En Filipinas acaban de descubrir unos cuantos huesos en una cuevas de Luzón que, según los expertos, pertenece a una nueva especie humana de hace 67.000 años, que se une a las ya existentes: neandertales, denisovanos, hobbits de Flores, erectus y sapiens, ahora también "Homo Luzonensis". De todos estos abueletes yo prefiero al erectus, sobre todo por su capacidad procreadora, y aborrezco al sapiens, porque es como tener de compañero a un empollón aburrido. Pero lo que más me inquieta de estos hallazgazos es que al lado de estos parientes de antaño se encontraron herramientas para trabajar. Con lo que deduzco que desde antiguo se viene cumpliendo el mandato bíblico: "ganarás el pan con el sudor de tu frente". Lema que perduró hasta los años setenta del siglo XX con la llegada de la democracia a España, y la aparición de tantos políticos diversos y aprovechados, muchos de ellos en la cárcel, que lo acabaron transformando en: "ganarás el pan con el sudor del de enfrente".
Tengo la impresión de que estas noticias antropológicas y científicas con tantísima antigüedad las difunden ahora para que nos olvidemos del futuro que nos están anunciando los políticos todo el tiempo en la campaña electoral, y sólo pensemos en el pasado, tan lejos como la mente nos permita retrasar ese horizonte, para relajarnos de tanto mañana halagüeño como nos aseguran los candidatos de todos los partidos en cuanto les ponen un micrófono delante. Me preocupa mucho ese 40 por ciento de españoles que no han concretado su voto todavía. Les queda aún tiempo para meditar acerca de esa decisión de la que va a depender su porvenir. Los compadezco viéndolos luchar contra sí mimos para encontrar el camino hacia el voto perfecto el próximo 28 de abril. Me consuela pensar que seguro han visto estos últimos hitos científicos y con ellos habrán conseguido relajar el ambiente familiar turbulento debido a las riñas para encontrar una opción cargada de responsabilidad para ver a quién entregan la papeleta.
En muchas ocasiones los políticos no aportan una idea nueva ni hacen una propuesta original, sino que se dedican a rebatir lo que dice el contrario, formando una especie de cadena de transmisión de afirmaciones encabritadas que acaban desconcertando al ciudadano. Hay, es cierto, momentos de silencio cuando una réplica se interrumpe y los demás se quedan a la espera, como diciendo: a ver por dónde sale éste ahora (digo éste porque son cinco hombres los cabezas de cartel nacional). Se me ocurre que en estos impás mentales podían hacer alguna propuesta para eliminar ciertos privilegios de los políticos en general. Viajan gratis en primera clase, según convenio del Congreso con Iberia. 250 euros al mes para taxis en la Capital. Pensión por exministro, según el tiempo en el cargo. A lo mejor habría que seguir los pasos de la, últimamente, puritana Suecia, que se pone como ejemplo de algunas cosas: "No hay ninguna razón para que el dinero del contribuyente sea usado para darles una vida de lujo a los diputados", afirman. Los diputados suecos viven en apartamentos de 40 metros con lavadora comunitaria en el sótano. Y hasta hace 25 años dormían en sofás-cama en su despacho. Que tampoco es eso. Hay gente mayor con problemas de espalda.
O debatir los sueldos de los alcaldes: Abadiño, Vizcaya, 7.500 habitantes. 58.000 euros de sueldo para el alcalde. Gijón. 273.000 habitantes. 65.000 euros. Madrid y Barcelona, 100.000 euros. Más que el Presidente del Gobierno. ¿Por qué no se establece un salario en función de la población del municipio? O buscar dinero para los nueve millones de pensionistas (de votos) que han cotizado durante años, por ejemplo, entre tantas ONG, que existen, algunas convertidas en un gran negocio succionando el dinero público, con salarios para los jefes de hasta 60.000 euros. ¿Dónde está el altruismo? Estos días que faltan para votar son como un gran agujero negro donde uno se puede encontrar de todo. Luces y sombras que se mueven muchas veces alrededor de nuestro voto lleno de ingenuidad y buenas intenciones.
