Cuarenta personalidades del mundo de la cultura hicieron público ayer un manifiesto en el que piden el voto para la izquierda en las elecciones del domingo "en contra de los odios de las mentiras reaccionarias". Se trata de una opinión legítima y respetable que, sin embargo, chirría por el tono de imposición que rezuma el escrito, como si votar a la derecha condujera sin remedio a las catacumbas. Ya estaban tardando en enseñar la patita los del IVA cultural, en arrimar el ascua a la sardina que más les calienta. Qué bien se viaja en el carro de la farsa cuando son los amigos los que reparten las subvenciones para engrasar los ejes.
El mundo de la cultura en este país es enormemente extenso y lo componen muchas más personas que las tres docenas y poco más que firman el citado documento. La cultura está en el cine y en la música, pero también en la literatura y en la ciencia, en las academias y en la Universidad. No conviene confundir cultura con farándula, pues se corre el riesgo de considerar un acto cultural el salto al vacío oceánico de Isabel Pantoja desde un helicóptero de Telecinco. Por muchas vidas que viva en su pellejo un actor, se apellide Bardem o Almodóvar, su opinión no vale el doble.
En el mundo de la cultura hay votantes de Ciudadanos, del PP y supongo que también de Vox, aunque seguramente no tan proclives como sus compañeros de la cara de enfrente a pontificar. Con una frase del manifiesto hay que estar de acuerdo: ellos dicen "tú decides". Y decidiremos, cada cual sujeto a sus intereses o a su conciencia, sin que lo impongan cuarenta desde un escenario.
