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La Fábrica de Gas y la Fábrica de Armas

Reconversión y nueva centralidad de desarrollo para Oviedo

La Fábrica de Gas y la Fábrica de Armas, cerradas hace años, son una importante muestra del pasado industrial de Oviedo. El Ayuntamiento va a ser el nuevo propietario de esos dos extensos terrenos, que ocupan un conjunto de edificios vacíos, y pretende poner en marcha su reconversión. Por tanto, en esa perspectiva municipal, se deben transformar esos espacios en una nueva centralidad de desarrollo para Oviedo. Un tema que debe de ser debatido por la ciudadanía, máxime ahora cuando el próximo día 26 se celebrarán las elecciones municipales, autonómicas y europeas.

La Fábrica de Gas, creada en 1858 y cerrada en 1985, está situada entre las calles Paraíso, Azcárraga y Postigo. Además de gas, producía energía eléctrica mediante la combustión de carbón en su nave la Popular Ovetense, construida en 1899. Actualmente, esa fábrica que sufrió diversas reformas, puede integrarse en un proyecto museístico excepcional. Las importantes estructuras que dieron vida a esta factoría se pueden recorrer al aire libre. Y a cubierta, en la mencionada nave Popular Ovetense, cuya fachada da a la calle Postigo, se instalaría este nuevo Museo de la Fábrica de Gas. Además, el elevado gasómetro que preside y puede simbolizar este museo tiene un local que se incorporaría a los locales comerciales que el sector privado ponga en marcha. ¿Una sala de baile para la juventud? En otros edificios de esta antigua fábrica se podría instalar, en primer lugar, el importante y desbordado archivo municipal que dirige la eficaz funcionaria Ana Herrero. También se debe analizar la posibilidad de instalar allí el esperado Museo de la Ciudad de Oviedo, proyecto municipal ya aprobado y elaborado por los arquitectos Jorge Hevia y Cosme Cuenca, por si no se llega a construir en el lugar ideal previsto: el solar del "martillo" de la calle Santa Ana, a la sombra de la Catedral. La entrada principal de la Fábrica de Gas está en una calle que puede ser muy comercial, la calle Paraíso, que recorre el mejor y más largo tramo de la maltratada muralla medieval que, hace ya tiempo, estaba previsto que fuera rehabilitada por el buen arquitecto José Ramón Fernández de Molina.

La Fábrica de Armas de Oviedo se creó en 1856 y cerró en 2012. Inicialmente, el Estado la instaló en el desamortizado monasterio de monjas benedictinas de Santa María en terrenos de La Vega, que en 1153 fundó la peculiar dama asturiana Doña Gontrodo Petri. La continua implantación de talleres industriales en ese monasterio supuso el paulatino desmantelamiento de ese histórico e importante edificio, así como la ocupación de los 120.000 metros cuadrados que lo rodeaban, propiedad de Alfonso VII, el Emperador, rey de León. Por tanto, la historia industrial de la Fábrica de Armas tiene que estar precedida por su historia monástica. Yayoi Kawamura, profesora de Historia de Arte de la Universidad de Oviedo, buena conocedora de este tema, lo divulgó hace siete años con su artículo "La Vega: monasterio y fábrica". (LA NUEVA ESPAÑA, 23-05-2012).

El terreno de la Fábrica de Armas de Oviedo está ocupado por veintisiete naves de diferentes tamaños. Ya se comenta la posible reutilización de algunas de las más grandes, convirtiéndolas en un moderno recinto ferial polivalente, como motor de la actividad económica y empresarial de Oviedo, así como la de otras, más pequeñas, que pueden ser utilizadas por el sector comercial y hostelero. La denominada Sala de Armas es una importante nave, de dos mil metros cuadrados, en la que se encuentran los veinticuatro arcos del claustro barroco, asentado sobre la planta románica del monasterio. Allí es donde propongo que se instale el Museo de la Fábrica de Armas de Oviedo. Un moderno museo que empezaría contando su origen monástico, mostrando su claustro y los escasos restos medievales del demolido monasterio que, en la actualidad, se conservan en el Museo Arqueológico de Asturias. Al mismo tiempo, hay que relacionar el nuevo museo con la contigua capilla de la fábrica, llamada Santa Bárbara, construida por Luis Menéndez-Pidal en 1926. Precisamente, en esa capilla, que podría ser adecuada para exposiciones, recolocó este arquitecto las dos espléndidas portadas románicas del histórico y desaparecido convento. Gran parte de la sala de este nuevo museo, lógicamente, la ocupará su patrimonio industrial: medio millar de ejemplares de armas fabricadas en esta factoría desde 1856, instrumentos de trabajo, maquetas, documentos y otras cosas.

La Fábrica de Armas está flanqueada, a un lado, por los barrios de La Tenderina y, al otro, por el tramo final de la autovía, ese tremendo foso de intensa circulación de coches y camiones de ida y vuelta. El Ayuntamiento aspira a sustituirlo por un bulevar y un lago. Otros expertos consideran que es más seguro "tapar" la autovía con una losa ajardinada. ¿Cuál de las dos alternativas sería mejor? Hay que debatirlas, especialmente ahora en días preelectorales. En todo caso, ambas alternativas incluirían la peatonalización de los terrenos de Santullano y la protección de la iglesia de San Julián de los Prados, fundamental obra prerrománica del siglo IX.

La importancia de la Fábrica de Armas la resaltó, ejemplarmente, el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias (COAA), al organizar el 14 y 15 octubre de 2015 unas jornadas en las que se discutieron públicamente cuatro importantes ponencias sobre el pasado, el presente y el futuro de esta empresa armamentística, que se había cerrado en 2012. El COAA, presidido hoy por la arquitecta Sonia Puente, consideró en esas jornadas que la antigua Fábrica de Armas debería convertirse en un espacio de centralidad de desarrollo para nuestra ciudad. La felicito por haber acertado ya hace cuatro años.

Finalizo solicitando a los responsables de la actual revisión del Plan Urbanístico de Oviedo (PGO), que tengan en cuenta los criterios que defiendo en este artículo, en el que amplío el espacio de centralidad que, en su día, dedicó el COAA a la Fábrica de Armas. Por mi parte, planteo una nueva centralidad que va desde la iglesia prerrománica de Santullano hasta la muralla medieval de la calle Paraíso, pasando por las antiguas Fábrica de Armas y Fábrica de Gas. Una nueva centralidad donde lo no construido sea una gran zona verde para paseantes, que se podría ir convirtiendo en un cuidado jardín botánico astur, combinado con arboledas de castaños y robles. Una nueva centralidad que se merecen, especialmente, los habitantes de los barrios que bordean este nuevo eje histórico, que va desde la muralla del Oviedo Antiguo hasta Santullano

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