La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

PISA con garbo

Sobre la cultura y el programa de televisión "Supervivientes"

No me vuelve a pasar. Después de una vespertina frugal colación, pollo al ajillo y lomo al ajillo regados con sidra, para ser exactos, empapados, pedí un carajillo de descafeinado, por favor. Y el camarero, dado que uno no es prodigo en propinas, rectificó y omitió el des y me quedé con el cafeinado y con los ojos abiertos como platos. Taquicardia, nerviosismo y sudoración, no aguanté en la cama. Y me fui al televisor. Una de la mañana, más o menos. Un programa de esos que rebosa audiencia, muslamen y gomina por los cuatro costados. Presente en el plató la Congregación del Santo Oficio, elegante y minifaldera, espera echar bilis, sapos y culebras sobre los personajes que salen en pantalla. Y, para la ocasión, "Supervivientes", allí se mueve la decadencia que vende su alma al diablo con tal de no perder cuota de popularidad. Por lo visto, encerrados en una isla en casa dios, conviviendo y superviviendo, auténticos robinsones televisivos que atestiguan cuando miran a cámara que nuestros bisabuelos fueron los neandertales. Como se aburren haciendo fuego con las maderitas, los guionistas introducen una serie de gincanas en las que sus aptitudes físicas y conocimientos de cultura general se ponen a prueba. La conductora del concurso les anuncia que en la siguiente han de escribir en una pizarra las respuestas a sus preguntas y luego, hala, venga, lo de arrastrarse por el fango o hacer equilibrios sobre barra o carreras de sacos, en fin, todo ese repertorio de juegos infantiles propios de las fiestas del pueblo.

Seré breve en lo de cultura, como el gobierno. Pregunta: ¿Cómo se llaman los textos de escritores desconocidos? Respuesta: "anónimos", responden tres; y una cuarta, muy folclórica ella, escribe en la pizarra "populares". Bueno, un despiste lo tiene cualquiera. Lo triste o dramático, ponga usted el adjetivo que le venga en gana, fue cuando la chica guapa que hace de señorita Rottenmeier hizo la gran pregunta, para un sobresaliente, por lo menos, ahí va: ¿Cuáles son los cinco continentes? Veamos, queridos, escrito quedó en una pizarra "continente continental", sin más; en otra, faltaba África, continente en el olvido; hay quien redujo la tierra firme del planeta en un solo continente que llamó Norteamérica, no citó más, y es que a lo mejor lleva razón. Nadie dio con los cinco continentes. Hay preguntas, la verdad, con mucha mala milk. Para concluir y contrarrestar, la siguiente era casa y ad hoc: ¿En qué película de Torrente sale Kiko Rivera? Aprobaron todos.

Ahora en serio, no es de recibo tomárselo a chufla. El singular informe PISA (Programa Internacional para Evaluación de Estudiantes) televisivo nos sacará los colores bien sacados. Recurro a una cita de Pasolini, decía el maestro remarcando la diferencia entre miseria y pobreza que la ignorancia del pobre surge de la falta de recursos y es para llorar; la ignorancia del rico surge de la desidia y es para reír. Ojalá el día de mañana nos riamos con otros chistes.

Compartir el artículo

stats