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La ópera bufa

Las matemáticas, las ingenierías y los nuevos grados universitarios

En el mundo del arte, como en toda creación,

la libertad y el progreso son los principales objetivos.

(Beethoven)

Quisiera comentar una serie de noticias en principio inconexas que han acontecido esta semana que acaba de terminar y que son un fiel reflejo de que lo que cuento en esta sección no son milongas, sino que constituye una tendencia imparable. La primera noticia proviene de "La Vanguardia" y afirma: "Los profesores reconocen que no saben como enseñar matemáticas". La noticia afirma que continúa el descenso de alumnos matriculados en las carreras de ciencias, que hay un déficit de 10.000 empleos en empresas tecnológicas en España por falta de cualificación (es decir de programadores científicos), y que las chicas les tienen miedo a los chips y a los logaritmos neperianos. Hay muchas noticias dentro de esta noticia. La primera trata sobre la incapacidad de interesar a los alumnos con una asignatura tan importante. ¡Ya era hora mangas verdes! La razón es sencilla: muchos de los profesores de matemáticas son entes "atecnológicos", amorfos, que no poseen interés por otras áreas. Todo empieza por los profesores de magisterio que poseen en general un nivel paupérrimo, sigue por los de instituto que no tienen ni idea para qué sirve la matemática en el mundo real, y termina en la universidad, con departamentos que no impulsan las líneas de matemática aplicada, aplicable, tecnológica e industrial. ¿Cuántos profesores de matemáticas saben programar o hablan de eso a sus alumnos? Hoy, si no se conoce la programación científica, la visión de las matemáticas es pre-cámbrica, al menos en ciencia y en ingeniería. Todo además queda diáfano cuando se analizan las olimpiadas matemáticas que se realizan con alumnos de instituto. Buscan perfiles propios de un autista, y eso no es educar en matemáticas. No basta saber matemáticas, hay que saber explicarlas, motivarlas, hacer evidente el porque de las cosas. Por ejemplo, ¿para qué sirve un logaritmo (no un algoritmo)? o ¿a qué debe su existencia? es mucho más importante que practicar su álgebra. Esa historia de algún lo verás, ya no cuela. Es el cuento de la buena pipa.

Incluso en los programas de doctorado de los diferentes departamentos falta interdisciplinariedad. Por ejemplo en el de Matemáticas se ha rechazado a alumnos que no son matemáticos, como si el saber lo proporcionase el grado. El rectorado, que es consciente de todos estos desmanes, debería ponerles atajo. No se puede trabajar de este modo. Luego nos extrañamos que nuestros egresados emigren a otras universidades menos casposas. Las plantillas deberían confeccionarse en función de las líneas de investigación que han sido oficialmente acreditadas, y que dirigidos por sus responsables se decidiesen cuales son los candidatos más idóneos a nivel docente e investigador. Eso se llama Recursos Humanos, de los cuales la Universidad carece. Así el Estado no malgastaría recursos de formación en áreas que no poseen futuro y que pagamos todos con nuestro dinero. En los 25 años que llevo en la Universidad de Oviedo, nadie me ha preguntado si necesitaba algo o qué perfiles impulsarían el grupo que dirijo. Tampoco nadie me ha financiado ninguna idea emergente. Todo se hace bajo manga y la universidad es un mundo mediocre y endogámico. Un desastre.

La segunda parte de la historia es que hay que formar buenos tecnólogos que encuentran trabajo y no lanzar títulos sin proyección. Grado de "Influencer", "youtuber", "bull-shiter", en 5G-industry, bla, bla, bla, "palabros". Esta misma semana LA NUEVA ESPAÑA anunciaba que la Escuela de Hostelería tenía problemas por falta de matrículas. Al mismo tiempo me imagino que en la escuela Vasca de alta gastronomía haya cola. Cuando se aprende con los mejores, uno termina siendo un buen bailador de tango. Aunque no conozco bien este terreno, sí sé que la excelencia es el único criterio, el secreto del éxito. Se habla por ejemplo de Medicina del Deporte. ¿Quién dirigiría ese grado y cual son sus "achievements"? Si fuese rector me gustaría saber la alineación antes de impulsar otra iniciativa más destinada al fracaso. La universidad debería aplicar metodologías Lean Startup para desarrollar sus nuevos productos, acortando así el ciclo de desarrollo, y disminuyendo el riesgo de rechazo. ¿Ha habido algún estudio serio sobre lo que exige el mercado, o hay que hacer caso a lo que diga menganito? Y, si menganito lo tiene tan claro, ¿por qué no arriesga su dinero?... Hasta que en la Universidad no se aprenda del alumno motivado y separemos el grano de la paja, estaremos perdiendo el tiempo y nuestro dinero. Es como una orquesta en la que todos los músicos son cualesquiera, y el director es mediocre. La orquesta simplemente suena pero no compite. Los músicos lo saben: el virtuosismo no se discute en audiciones a ciegas, un primer violín no es lo mismo que un segundo, un director como Von Karajan es quizás irrepetible, y en la Deustche no graba cualquiera. ¿"Right"?

La última parte de la noticia resalta que la menor presencia de las chicas en las carreras tecnológicas se explica por que poseen una menor confianza en sí mismas en matemáticas y tecnología: "coding for gender equality". Los autores del estudio piden que se dé más visibilidad a las ingenierías. Parece increíble que después de habérnoslas cargado con unos programas de adaptación al mundo de Bolonia que han hecho que un egresado en ingeniería haya perdido muchos de los recursos que le proporcionaban un trabajo, después de haberlas denostado, de que se pueda acceder a la mayoría de ellas sin nota, cuando en otros estudios sobrevalorados solo entran "los mejores", se llegue a la conclusión de que faltan buenos ingenieros. Hay que abrir la ventana y dejar que entre el aire, dado que huele a rancio. Hace tiempo que no oigo el sonido de la orquesta y que aquellos que mandan, en lugar de dirigir, tocan la turuta. ¿Cómo se puede criticar lo mismo que uno promueve para mangonear a diestro y siniestro?

Quizás Ilegales tengan razón: "la Universidad ha muerto". No me pidan que la entierre. Me abstengo de participar en esta ópera bufa.

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