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Un partido intervenido

Génova toma las riendas de todas las decisiones electorales en Asturias

El PP asturiano está intervenido de facto y hace tiempo. La prueba más reciente, que no la única, es palpable en la forma en la que se ha resuelto la designación de Mercedes Fernández como número uno en la candidatura del Senado para las elecciones del 10N, como ya había hecho en enero para desplazarla de la candidatura autonómica en beneficio de Teresa Mallada.

Nunca antes el comité electoral del PP regional había sido ninguneado de tal forma. Tan inobjetable es que Génova siempre ha tenido la última palabra sobre sus candidatos en la circunscripción de Asturias para las generales como que el partido en Asturias tenía una capacidad de propuesta que se materializaba a través de los nombres que sugería su comité electoral. Luego la dirección nacional del partido, como mucho, hacía algún ajuste final, algo de lo que puede dar buena cuenta Ángel Acebes cuando rescató para las listas de Asturias a Isidro Fernández Rozada a instancias de Francisco Álvarez-Cascos.

Pero en el PP de Pablo Casado la intervención en todas las designaciones electorales de Asturias tiene lugar desde el minuto 1 del partido y todas las decisiones se toman en la planta noble de la sede nacional del partido, en la calle Génova. Acaso el PP asturiano haya acumulado méritos con sus trifulcas internas que siempre vuelven a casa, no por Navidad pero sí en períodos preelectorales como la crisis con Marqués en 1998, el cisma con Cascos en 2011 y los desaires entre Mercedes Fernández y Teresa Mallada, pero lo cierto es que los órganos regionales del partido cada vez pintan menos.

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