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Entre dos océanos

La religiosidad en Panamá

El cardenal José Luis Lacunza Maestrojuán, natural de Pamplona, religioso agustino y obispo de la diócesis de David, en Panamá, se halla actualmente en Asturias acompañando a un grupo de católicos del aquel país, que han venido hasta nuestra región para visitar, como peregrinos, la Cámara Santa de Oviedo y la Santa Cueva de Covadonga.

En enero, el Papa viajó a Panamá para presidir los actos de la 34ª. Jornada Mundial de la Juventud, que se celebró en la capital de aquella bellísima nación centroamericana, y para consagrar el altar de la recientemente restaurada catedral de Santa María la Antigua. Y a quien le guste la arqueología le parecerá, después de visitar el parque arqueológico de Panamá la Vieja, fundada hace quinientos años, en 1519, que el desplazamiento hasta aquel lugar colmado de historia y de manglares está plenamente justificado.

Para situarse adecuadamente ante la intensa secuencia de acontecimientos que tuvieron lugar en la región a partir del año 1513, será de gran utilidad la lectura de la obra del canadiense Alfredo Morin Couture, quien recopiló, en dos gruesos volúmenes, toda la documentación relativa al período colonial. Se titula "Apuntes de historia de la Iglesia de Panamá". Los datos recogidos y publicados por este religioso sulpiciano resultan especialmente útiles para manejarse con cierta desenvoltura en la no fácilmente desentrañable urdimbre geográfica y cronológica de los primeros asentamientos hispanos en Tierra Firme.

Según la última estadística publicada por el Vaticano, en Panamá existen actualmente 8 diócesis, 194 parroquias, 130 escuelas católicas y 28 centros asistenciales. Hay casi tres millones y medio de fieles, 400 sacerdotes, 81 diáconos permanentes, 450 religiosas, 4.000 misioneros laicos y 200 seminaristas. Las celebraciones litúrgicas, muy bien preparadas y acompañadas por el canto alegre y vibrante de todos los asistentes, están llenas a rebosar. Las misas son una auténtica gozada.

Y es con ese ardoroso dinamismo personal y comunitario con el que la Iglesia trabaja en aquel país para que, como le dijo el Papa al arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta y a sus colaboradores, cuando la Jornada Mundial de la Juventud, Panamá sea "no solamente un canal que une mares, sino también un canal donde el sueño de Dios siga encontrando cauces para crecer y multiplicarse e irradiarse en todos los rincones de la tierra".

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