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TBO

La necesidad de una completa reforma educativa desde la Secundaria a la Universidad

Ya hay suficiente confusión en el mundo

como para alentarla.

Los intelectuales deberían hablar muy claro.

Eso de que el saber no ocupa lugar no solo no es cierto, sino que además hay que ponerlo en cuarentena cuando se trata de educar y generar futuros profesionales que sean capaces de vivir de su profesión y adaptarse a un mercado de trabajo que es altamente cambiable. Ya saben que se habla de nómadas del conocimiento. En este sentido la universidad no tiene alma, dado que en la mayoría de los grados (que palabra más fea) se sueltan una serie asignaturas y de lecciones, muchas veces sin ton ni son. Es como si hubiese que explicar toda la historia de una disciplina para que los alumnos puedan mover un dedo. Y entonces empieza la pasarela, y ven desfilar a multitud de profesores, uno tras de otro, cada cual a hablar de su libro, o lo que es peor, de los últimos problemas que ha tenido con sus suegros. Eso de la libertad de cátedra, aunque muchos no lo sean, es el chollo del chirimoyo. No hay una visión de conjunto, ni un boceto de lo que se quiere dibujar. Lo veo cada año en los alumnos que hacen con nosotros el trabajo fin de grado. Algunos provienen del doble grado de Física y Matemáticas, y son alumnos muy inteligentes y con una gran capacidad de trabajo, pero les falta lo primordial, entender el gran poder de las herramientas que tienen entre las manos y poner rumbo al éxito. Me recuerdan en cierto modo a las generaciones que estudiábamos en la Escuela de Minas (donde yo estudié) cuando estaba de moda, porque el carbón y el acero marcaban la agenda. Hay pocas carreras que tengan tantas atribuciones. Por entonces la carrera duraba 6 años, y teníamos que superar en torno a 48 asignaturas, más el proyecto fin de carrera, que duraba mínimo 6 meses. Sabíamos de todo y de nada, pero pese a todo, había una visión, que era producir ingenieros para la industria. Y así lo hicieron, acertada o equivocadamente, y el resultado fue visible durante muchos años, y lo sigue siendo. ¿Cuál es la visión de los dobles grados? ¿A dónde van dirigidos estos egresados? La respuesta es obvia pero no la he visto por ningún lado, porque si eso fuese así, deberían cambiar radicalmente el programa y la filosofía. El dos por uno, no funciona, sino va acompañado de una visión clara y de una misión estricta. En particular deberían aprender a modelizar y a programar de modo profesional, resolviendo problemas reales, lo cual no suele ser el caso. Ahí lo dejo.

Y todo empieza en la educación secundaria obligatoria y el bachillerato. Hay que dejarse de milongas y reformar de arriba abajo este periodo de la educación, tomando decisiones que pueden parecer duras. La primera consiste en impulsar una escuela de profesores práctica y pragmática, de modo que todos aquellos que formen parte de este ejército, tengan la misma visión, la misma misión y el mismo discurso. Hay que dar más importancia social al profesorado, obviamente dentro de las reglas democráticas que nos hemos dado. Una escuela primaria y secundaria enfocada a la integración y a la reconstrucción económica de nuestro país, respetando la multiculturalidad propia de Iberia, y dando a conocer el gran ámbito de posibilidades existentes, evitando los reinos de taifas. No puede haber 17 métodos educativos diferentes en un país tan pequeño como España; como tampoco puede haber una universidad en cada villa, ciudad, o autonomía, redoblando recursos, porque es mucho más rentable impulsar la excelencia de uno o dos centros a nivel nacional, y otorgar becas a los alumnos que lo merezcan (no a sus familias), que despilfarrar los recursos económicos en iniciativas mediocres. Terminarán cerrando muchas universidades. Hay que reformar los estudios de ESO y de Bachillerato, de modo que los alumnos no cursen las asignaturas por año o edad, sino por capacidades. Así las diferentes subpoblaciones de la campana de Gauss del aprendizaje se redistribuirían de modo natural en los diferentes niveles. ¿Para qué necesita un panadero estudiar integrales o saber lo que es un determinante? De esta manera desaparecería la ESO y se fundiría con el bachillerato, que duraría 4 años, o menos, dependiendo del alumno. Por ejemplo, las matemáticas se dividirían en 4 niveles, más el especial. Nuestro panadero necesitaría un nivel 1 o 2 y se le explicaría como hacer un toro de revolución o un croissant, y mucha geometría. Para estudiar en el CAMMAT se necesitaría un nivel 4+. ¿Que qué es el CAMMAT? El centro asturiano de modelización matemática avanzada tecnológica, que todavía no se ha creado, ni se creará, si se sigue por los mismos derroteros, enarbolando la bandera de un Burbakismo mal entendido. Igualmente se haría con otras asignaturas. La EBAU no sería necesaria porque cada caracol habría marcado el camino con su baba, y la selección de las grandes escuelas se haría mediante carta de motivación y entrevista. ¿Y lo que no son grandes escuelas? Pues serían escuelas medias, ¡que se le va a hacer! ¿Todavía creen que solo la igualdad es posible? Que yo sepa, en las relaciones de orden existe el menor y también el mayor. En el mundo n-dimensional se pierde el orden, y se gana en grados de libertad, y también en desorganización. Ahora bien, como bien dijo Steve Jobs, en cualquier proyecto exitoso, son necesarios entre 5 y 10 pilares. Inversamente, y eso lo digo yo, solo es necesario un inepto con poder otorgado por una gestión ineficiente (el rector) para que las cosas se vayan al carajo. Ya han visto en que han resultado los ERES, y si miran las prejubilaciones de la mina, seguro que aparecerá más de uno que no la ha pisado, que no sabe lo que es un testero, y que cree que una mamposta es un insecto copulador. ¡On verra, verra!

Se necesita recuperar la brújula y que marque el Norte geográfico. Donde hay patrón, no manda marinero. Llevamos mucho tiempo bajo las órdenes del Botones Sacarino, de Rompetechos, y nuestra sociedad (universidad incluida) es como un gran 13, rue del Percebe. Margarito Celemín (un vendedor muy pillín) y el tendero Sisebuto (y su aprendiz que es un bruto) podrían ser catedráticos en este país. ¡Ibáñez y cía, qué grandes sos! ¡Vos, sí que merecés un premio, boludos! Españoles, Franco ha muerto: ¡viva Franco!

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