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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Contaminación y defensa

La Vieja Europa da lecciones de moral al prójimo, desde el púlpito de una autoridad moral tan trasnochada que irrita. Donald Trump abandonó antes de tiempo la cumbre de la OTAN celebrada en Londres tras hacerse público un vídeo en el que Johnson, Macron y Trudeau hacían chanzas del líder de la primera superpotencia. Con seguridad, el magnate norteamericano es político de apenas 24 caracteres, de proverbial desconocimiento acerca de la geografía y de la historia aliada, pero merece un respeto por lo que su bandera representa. De no haber mediado la intervención de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, Europa conformaría ahora una gigantesca esvástica poblada por espigados rubios de carrillos sonrosados, que recitan de memoria "Mein kampf". ¿De qué van a dar lecciones a Trump estos chiquilicuatres mosqueteros del uno para todos, acostumbrados a que sea el uno quien cargue con la elevada factura de la defensa de los demás? El mensaje yanqui es cristalino: quien quiera el parapeto del gendarme, que cumpla el compromiso de destinar el dos por ciento de su PIB al gasto defensivo de la organización. A ver cómo cumplen Sánchez y sus socios podemistas de Gobierno.

Los dirigentes del Viejo Continente, mientras tanto, se erigen en paladines de la lucha contra el cambio climático, haciendo literatura de qué verde era mi valle. Según la estadística oficial, Europa ocupa la primera posición mundial en calidad del aire. De las cincuenta ciudades más contaminadas del planeta, veinticinco se encuentran en India y veintidós en China. Las otras tres no se hallan muy lejos de esa área, en Pakistán y Bangladesh. ¿Somos tontos o nos hacemos? Pónganle una chalupa y una mula parda a la niña Greta para que acuda a Pekín o a Delhi a hacer apostolado. Seguro que la "escorren" a gorrazos.

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