En su silenciosa pero intensa y efectiva labor social y de inserción, Proyecto Hombre dio esta semana un paso importante en Gijón con la apertura de un centro de atención a jóvenes en riesgo de sufrir una adicción. Enmarcado en su programa de prevención "Reciella", este servicio se prestaba de manera casi precaria en Oviedo y con lista de espera. Ahora, con la puesta en marcha de las nuevas instalaciones gijonesas, las previsiones hablan de atender a unos doscientos afectados al año.

El pasado año, 756 personas de todas las edades fueron atendidas en programas asistenciales de Proyecto Hombre, la mayoría de ellas varones, y la mayor parte por adicción al alcohol y a la cocaína. El 15,9 por ciento de los atendidos plantea además problemas de ludopatía. Y los afectados son cada vez más jóvenes, de ahí el interés y la urgencia de Proyecto Hombre en poner en marcha su nuevo servicio.

Entre las nuevas adicciones que han puesto su mira en los jóvenes, los expertos destacan la peligrosidad de las apuestas online. En los últimos meses ha crecido el número de chicos que acude a esta institución altruista en Gijón en busca de ayuda para tratar de superar su adicción. Que el problema que genera en muchos jóvenes y sus familias este tipo de juegos se agranda lo pone de manifiesto el hecho de que la pasada semana el Gobierno del Principado decidiera prorrogar durante ocho meses la moratoria para la apertura de nuevos establecimientos, unos días después de que el Pleno del Ayuntamiento de Gijón aprobará solicitar esa moratoria y una normativa más restrictiva que evite que, por ejemplo, se autoricen casas de apuestas en las cercanías de los colegios.

Aunque Asturias es la comunidad autónoma con menor número de salas de juego y casas de apuestas, el problema de adicciones que este tipo de establecimientos a pie de calle genera entre los más jóvenes es igual de grave aquí que en el resto del país, donde su proliferación resulta imparable. Todos los grupos municipales de Gijón van de la mano en la petición de control de este tipo de establecimientos. En Gijón hay nueve salas de juego y apuestas, de las que cinco se abrieron este año. Otras cinco se encuentran en lista de espera para conseguir la autorización pertinente.

Empieza a cundir un clamor social contra el aumento imparable de la apertura de salas de juego y apuestas y las graves consecuencias que acarrea a quienes se enganchan a esta modalidad con la que se bombardea constantemente desde los medios de comunicación y que ha copado incluso la publicidad de las camisetas de importantes equipos de fútbol. No se puede prohibir una actividad económica que genera impuestos para las arcas del Estado, pero al menos las administraciones regionales y locales deberían ejercer un mayor control sobre ella y aumentar la vigilancia que impida el acceso de menores a las salas. Antes de que este tipo de hábitos a edad cada vez más temprana se convierta en un problema de salud pública.