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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Al fútbol con un bozal

Habría que obligar a algunos gárrulos a acudir a los estadios de fútbol con un bozal para evitar que un partido se suspenda por insultos racistas, como ocurrió el domingo en Vallecas, por los improperios proferidos desde la grada contra el jugador del Albacete Roman Zozulya, al que gritaron a coro "puto nazi".

Es la primera ocasión en la que un encuentro futbolístico se interrumpe en España por cánticos ofensivos. Pero los ha habido y muchos durante mucho tiempo, sobre todo contra jugadores de raza negra. No existe estadio donde a un moreno no le hayan llamado "mono"; a un sudamericano "sudaca de mierda", o "maricón" a José María Gutiérrez cuando era solo Guti. Algunos se lo tomaron a broma, como cuando Dani Alves se comió el plátano que le lanzaron para compararlo con un primate, y otros aguantaron estoicamente el chaparrón, como Piqué cuando en Cornellá-El Prat aludieron musicalmente y con pésimo gusto a su pareja: "Shakira tiene rabo y tu hijo es de Wakaso". Cierto es que el central provocador se las tiene con los pericos desde juveniles -en una ocasión escupió a la grada-, pero ni ese gesto estúpido del futbolista malandrín merece semejante cantinela.

Como escarmiento, resulta plausible la suspensión de un partido de fútbol por motivos de violencia verbal, pero que cierren todos los campos en los que se producen estos hechos irresponsables que es preciso erradicar ya. No solo el del Rayo Vallecano. También el Bernabéu, el Camp Nou o el Wanda si hace falta. Y los del fútbol base incluso, cuando algunos padres insultan a árbitros que con frecuencia son niños. A esos, un bozal y unas semanas de trabajos forzados en las letrinas de los polideportivos.

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