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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Mienta, señor Sánchez

La investidura del líder socialista como presidente del Gobierno en una ajustada votación

Paladín de la obstinación, campeón de la supervivencia, ave fénix de todas las cenizas y aurora boreal de los amaneceres en rojo satén que aguardan a este país en entredicho, Pedro Sánchez ha conseguido su nunca disimulado objetivo político: alcanzar a toda costa la Presidencia del Gobierno. Por exiguo margen, con el apoyo encendido a cambio de cinco ministerios de aquellos que hace pocos meses le procuraban insomnio, y con el salvoconducto venenoso de la peor ralea nacionalista, a la que le importa un carajo la gobernabilidad de España, Sánchez ya tiene manos libres para iniciar una legislatura a prueba de bombas, pero plagada de minas.

A prueba de bombas porque el fantasma de ETA ha planeado sobre el debate de investidura como una sábana negra teñida de sangre, agitada por los activistas de Bildu, y ni aun así el candidato torció el rictus por la decisión arriesgada de abrir la puerta de su corral de ovejas y gallinas a los cachorros del lobo. A prueba de bombas también porque no habrá opción aritmética para una moción de censura, por mucho que la oposición llame a filas a la Brunete.

Pero el campo minado es abundante para el primer gobierno de coalición de socialistas, populistas y comunistas desde la Segunda República. Bajo llave están encerrados los compromisos con catalanes radicales y vascos; los mismos que bajo tierra han sembrado las minas. Ahora que ya es presidente, mienta, señor Sánchez, haga lo contrario de lo que haya prometido a la recia si esos acuerdos atentan contra la integridad del Estado y del resto de los territorios de España. Hágalo así aunque la legislatura dure un suspiro y después encomiéndese a su manual de supervivencia.

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