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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El círculo de Newton

Si existe una región a la que convendría sobremanera una ministra "verde" esa sería, por definición, Asturias. Más verdes que estos valles de glauco vicioso y rutilante no los hay. ¿Por qué motivo, por tanto, existe resquemor en territorio asturiano a la ascensión de Teresa Ribera a la peana de los cuatro arcángeles que rodean el pantocrátor de Pedro Sánchez? Porque ese verde tiene truco: tira a negro.

En un Gobierno marcado por la economía, la transición ecológica, la España vacía y las políticas sociales, el Presidente, en la mano de póquer con Iglesias, le cuela sin disimulo dos ases en la manga a la Ministra a la que en esta región se teme más que a la galerna en Luanco. Quien va a certificar el cierre de las térmicas y a buscar inquilinos para las aldeas vaciadas seguramente será persona de muchas luces que buscará medidas compensatorias para paliar los efectos de la subida eléctrica a las grandes empresas asturianas. Échenos un cable, señora ministra y vicepresidenta; enchúfenos hasta que se nos encienda la bombilla en medio del apagón que se avecina. Compénsenos por la pérdida irreparable de Luisa Carcedo y su botiquín de auxilio. Menos mal que nos queda Portugal y Adriana Lastra. Ya lo dijo ayer Barbón, la mejor aliada sin asiento en el Consejo de Ministros.

Alguien podría discurrir que bendito Pablo entre todas las mujeres, pero Pedro le ha puesto los cuernos a las primeras de cambio al que le bebe los vientos y le quita el sueño. Pasamos del cuaderno azul a la agenda verde para deshojar la libreta roja de un vicepresidente que viste de morado: el idilio de los amantes de Teruel lo va a decolorar el círculo cromático de Newton.

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