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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Una ciudad para todos

Por cordialidad institucional y porque se gobierna en el interés de todos los gijoneses, no solo con la intención de contentar a los votantes propios y a los de su cercanía, cabe calificar de disparate la ausencia de representantes del PSOE gobernante en la celebración anual de la Federación de Asociaciones Vecinales en la que se premió la labor de la casa de acogida de mujeres gestantes sin recursos que gestiona un grupo de monjas en el barrio de La Guía.

Estar a favor del aborto no debería implicar, para un gobernante, excusar su presencia en un acto en el que se reconoce la labor altruista de unas religiosas que acogen a mujeres embarazadas, algunas extranjeras, que han decidido dar a luz a sus hijos contra viento y marea. Y que han encontrado en la institución galardonada un hogar temporal donde se las recibe con desprendimiento y cariño. El premio es merecido, y la presencia del gobierno local se antoja conveniente, se esté o no de acuerdo con los fines que en esa casa se persiguen, tan respetables como lo contrario.

No caben en este caso la intolerancia y la parcialidad. Bastante lacerante resulta que un centro como el de La Guía no reciba ayuda pública, solo donaciones de empresas y de particulares anónimos. Gijón es una ciudad construida sobre la tolerancia y el respeto. Sobre los cimientos de la solidaridad y el hermanamiento se erigió y se hizo grande, poniendo freno a los dogmatismos excluyentes. Es una lección que deberían aprender los que gobiernan: desde el sectarismo no se hace ciudad.

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