La Universidad Laboral de Gijón es un edificio sobresaliente para cualquiera que acometa su valoración arquitectónica desprovisto de perjuicios ideológicos. Pocas construcciones tan valiosas y sorprendentes se erigieron en esta región a lo largo del último siglo como ese inmueble, que supuso un hito en su época, tanto desde el punto de vista formativo y social como artístico.
Si majestuoso resulta el conjunto de su arquitectura, existen elementos que acaparan relevancia por sí mismos. Es el caso de la cúpula de la iglesia, la estructura de mampostería de planta elíptica más grande del mundo, con un diámetro mayor de 40,8 metros, erigida a 25 metros de altura sobre el soporte de arcos entrelazados, un reto constructivo que aún, más de medio siglo después, no ha sido superado.
Un grupo de expertos acaba de dar la voz de alarma: la cúpula se está hundiendo, en un proceso de deterioro minúsculo pero sostenido e imparable a menos que se tomen medidas cuyo coste puede resultar elevado. Numerosas dependencias de la Laboral en desuso sufren los efectos del abandono. Buen momento para que los grupos políticos municipales asuman, todos a una, la propuesta de la Alcaldesa de recuperar espacios vacíos para la instalación de empresas tecnológicas y "startups" vinculadas territorialmente al Parque Científico. Si este espacio de la zona este de Gijón es reconocido ya como el Silicon Valley de Asturias, qué mejor opción que vincular la expansión del recinto emprendedor a uno de los edificios más relevante de la ciudad. Pasado y presente reunidos en una apuesta clara de futuro.
