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Aprender de Alemania

La gestión de la vida pública en el país germano

Leído en la prensa: "Terremoto político en Alemania que ha acabado con la dimisión del líder de la región de Turingia por aceptar los votos de la ultraderecha." También dimitió la previsible sustituta de Merkel por "no actuar con la firmeza necesaria en este tema".

Aquí, los votos de la ultraderecha han dado el gobierno de varias Comunidades y ciudades a Partido Popular y Ciudadanos sin que ocurriera nada, algo normal pese a las condiciones impuestas por los franquistas.

Las diferencias entre Alemania y España son obvias en muchos aspectos, pero hay una diferencia de base que es la que produce estas reacciones opuestas.

La ultraderecha llevó a Alemania a una guerra, y la perdió. Aquí, la ultraderecha, golpe de estado mediante, provocó una guerra y la ganó.

El desastre de la segunda guerra mundial vacunó a los alemanes contra el fascismo. Prohibieron todo tipo de símbolos nazis y por supuesto su apología, juzgaron a los causantes del desastre y luego, sobre sus cenizas se pusieron a trabajar hasta volver a ser una potencia mundial.

El triunfo de los golpistas en España les permitió constreñir las libertades, adoctrinar a varias generaciones en los principios fundamentales del movimiento, en el culto a la iglesia católica y el temor, que no respeto, a las fuerzas del orden público y al ejército.

Muerto el dictador, una transición tutelada por los poderes fácticos que provocaron el golpe de estado y nos sometieron durante la dictadura, nos llevó a la situación actual.

Monarquía hereditaria, mantenimiento de las prebendas de la iglesia y de la nobleza, control económico por parte de las grandes fortunas, poder judicial elegido por los partidos, medios creados exclusivamente para difundir mentiras en colaboración con la "policía patriótica", corrupción bipartidista, saqueo de las Cajas de Ahorro, pueblos vacíos, agricultores al borde la miseria mientras otros agricultores, los de sofá, se reparten subvenciones millonarias, y una fundación para honrar la figura del dictador que sobrevive con subvenciones públicas. Entre otras muchas cosas.

Por primera vez se habla de que sea delito la apología del franquismo, es un principio, pero ya hay voces que hablan de inconstitucionalidad. ¿Aprenderemos de Alemania?

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