Recuérdese que en Gijón cada grupo político proponía a su afín y todos tragaban para colocar al suyo, por mucho que el elegido por los de enfrente les pareciera a los otros un chiquilicuatre o un chisgarabís. Así, salvo muy honrosas excepciones, se asomaron al estrado de los eximios buenas gentes seguramente adorables, aunque escasas de talla social y merecimiento.
A partir de ahora hará falta sentarse a hablar y ponerse de acuerdo. La izquierda, que suma 15 concejales, tendrá que pactar candidato con Ciudadanos o con uno de los grupos que cuentan con tres ediles (PP y Foro). Más complicado lo tiene la derecha descentrada y concéntrica, cuyos 12 escaños obligan a negociar con el PSOE, que en uno y otro escenario tendrá la sartén por el mango. Es lo que tienen las mayorías, amiguín.