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Sol y sombra

Sánchez y Casado

Pablo Casado, en esa reunión trampa que le ha planteado Sánchez para descongestionar los asuntos que ya están suficientemente congestionados, le ha dicho al presidente del Gobierno algo que parece bastante lógico desde el punto de vista del entendimiento democrático: prescinde usted de los separatistas y le apoyamos los presupuestos.

No sé si esto tiene truco pero a mi me parece un planteamiento de lo más racional y saludable. No a Junqueras, no a Torra, no a la alcaldesa de Vic que anima a hablar en catalán a los que no parezcan catalanes, etcétera, y a cambio de ello unas cuentas para renovar las de Montoro que ya va siendo hora. El líder del Partido Popular se comporta así de una manera inteligible para los españoles que están hasta las narices de toda esta historia,

Pero a Sánchez, que solo ha pretendido a Casado para la foto, lo que diga el líder del principal partido de la oposición le va a entrar por un oído y le va a salir por el otro. Él está en otra deriva distinta. Le molan los independentistas que en ningún momento del idilio que mantienen con el Gobierno han dicho que no volverán a las andadas, una amenaza latente en la llamada mesa de diálogo.

Vamos a ver, esto que está sucediendo en este país no ocurriría en ningún otro que se comporte de una manera inteligente y decorosa. Hay un jefe de Gobierno de un partido con una tradición constitucionalista que en vez de acudir a los constitucionales se empeña en seguir el rumbo que le marcan los antisistema y los separatistas. Podría hacerlo de una manera pero elige la contraria, porque él mismo ha marcado un camino que se dirige a un cambio de régimen. Desconozco si es consciente de ello o la angustia estratégica lo impulsa.

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