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El Molinón, mucho más que un estadio

El proyecto para habilitar en la esquina noroeste de El Molinón-Enrique Castro "Quini" un gran espacio donde organizar reuniones profesionales o de ámbito familiar con vistas al recinto ferial y a la gran zona verde junto a la desembocadura del Piles supone la consolidación del coliseo como un referente del ocio regional y como un importante foco de actividad económica. La propuesta del Sporting, que está a punto de recibir el visto bueno del Ayuntamiento, es un paso más en el modelo iniciado hace casi una década con la remodelación del estadio más antiguo de España, que permitió abrir locales comerciales en los bajos y en otras estancias. Por su ubicación privilegiada y por el componente emocional que tiene para los gijoneses, cualquier iniciativa sensata que contribuya a optimizar los usos de El Molinón debe contar con el necesario apoyo institucional y social.

La transformación de la esquina noroeste, que obligará a realizar obras para construir unos nuevos accesos directos desde la calle, será también, de forma involuntaria pero oportuna, el broche a la gran reforma que el gobierno local prevé para la zona, con la peatonalización de la avenida de El Molinón, la gran arteria que une el estadio con la playa de San Lorenzo entre el parque de Isabel la Católica y el "kilometrín" (un plan que ha levantado quejas políticas y ciudadanas). Y encaja con la filosofía de muchos clubes de fútbol europeos, interesados desde hace tiempo en convertir sus campos en algo más que meros graderíos donde contemplar los partidos, con el doble propósito de obtener réditos económicos y de generar riqueza para sus ciudades.

En el plan del Sporting juegan a favor dos factores determinantes. El primero es que sus bajos se han convertido en un punto de encuentro habitual para muchos gijoneses y visitantes, especialmente, jóvenes. Es decir, se ha generado un entorno favorable que ha creado puestos de trabajo y que ha dotado de servicios a una amplia zona. Y el segundo es que El Molinón representa para la gran mayoría de los vecinos del concejo y para muchos otros asturianos un símbolo que trasciende lo meramente futbolístico y que tiene importantes connotaciones identitarias porque es un lugar de unión entre generaciones y entre aficionados de diferentes procedencias geográficas, de este a oeste de la región y de fuera de ella. Su disfrute en el más amplio sentido de la palabra provoca satisfacción en amplios sectores de la sociedad.

El Molinón-Enrique Castro "Quini" es mucho más que un estadio en Gijón. Es el campo donde juega sus partidos el Sporting, club que durante más de un siglo ha expandido el nombre de la ciudad. Pero también es un punto de encuentro que ha acogido grandes acontecimientos, como conciertos y espectáculos de distinta índole, así como una de las construcciones más fotografiadas, por dentro y por fuera, de Asturias. Sus paredes, decoradas con símbolos y retratos de glorias rojiblancas, son parte de una historia local que conviene preservar y engrandecer.

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