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Policía, ortografía y ganadería

Entiendo que el picador avieso se lo diga al toro, pero me indignó Torra con el "Apretad", dirigiéndose al Comité de Defensa de la República para que reivindiquen la segregación con apremio, estrujamiento y magullamiento y cundan los estropicios materiales y psicológicos en esa Comunidad Autonomísima. Un año después, Pere Aragonès (acento grave), vicepresidente de ese sindiós, ratificó a su honorable dirigiéndose a Tsunami Democràtic (acento grave) con aquello de "no aflojar", de negociar en la mesa con dinamita, garrote y torniquete. Por tanto, apenas me extrañó que, hace unos días, en plan cuajaleche, Pablo Iglesias, vicepresidente de España entera y ministro de Derechos Sociales, se hubiera puesto del lado del toro, animando a los agricultores y ganaderos con el "Seguid apretando", presionando, embutiendo, abotillando y exprimiendo, así merezcan lo que piden. Por eso a los ganaderos que alborotaron en la Escandalera (pleonasmo) debió sumarse con un silbato Alejandro Calvo, consejero de Desarrollo Rural, Agroganadería y Toda la Pesca, y la de Cultura, Berta Piñán, para poner el acento (agudo) en la "ganadería". Decía Raymond Chêne (acento circunflejo): "No te puedes fiar de la Policía, cuando menos lo esperas se pone de parte de la ley".

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