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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Vasos, culín y ministros

Los chigreros asturianos, campeones de la sorna y coñones de campeonato, se defienden de las críticas por el hábito de compartir vaso de sidra en épocas de virus virales: "Es un desinfectante natural". La barra del chigre es lugar frecuente de repaso de la actualidad, un periódico abierto, y nada hay más actual que el coronavirus o los encontronazos entre ministros del Gobierno de Sánchezstein, sea a cuenta de la epidemia o de esa ley de libertad sexual que criminaliza hasta el piropo. A nadie extrañe: en Asturias chistarle a una chica que está como un tren es un insulto, a la vista del estado cochambroso de la red de vía estrecha.

En lugar de lavar los trapos sucios en la Moncloa, podemistas y socialistas airean sus diferencias en los medios (aunque dirán que somos los medios los que metemos cizaña para hacer saltar el encamamiento de blanco satén). El caso es que el Presidente deberá servir tazas de Mimosín en lugar de café o té en los Consejos de Ministros si no quiere que el acuerdo de intereses se le vaya de las manos. Y propinar un tirón de orejas a los ministros y ministras más deslenguados, discurran por la acera suya o por la de enfrente (dicho sea sin ánimo de verter en la frase inclinación sexual alguna, no nos vayan a aplicar la ley de maleantes de género).

La ministra de Trabajo, podemista, ha sido desautorizada por sus recomendaciones en el ámbito laboral para frenar el avance del coronavirus en las empresas. Si ya había pánico social, Yolanda Díaz aventa el terror económico de manera poco inteligente, con medidas que permiten la paralización de la actividad en los centros de trabajo. Entra la Ministra en un incendio y en lugar de manguera lleva una lata de gasolina.

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