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Contra el exceso, pidamos la Luna

Contra la histeria provocada por el virus

Si a un enfermo, en vez de darle ánimo, que es una de las mejores terapias que existen para que alguien se cure, se mejore o se consuele, se le atosiga recordándole sin parar lo mal que está, es muy probable que añada a su estado un indeseable cuadro de agitación nerviosa, ansiedad, angustia y depresión que agrandará su padecimiento. Lo sensato es que se le atienda con todos los cuidados y recursos médicos necesarios sin que se agregue más malestar al que ya tiene. Parece de sentido común, pero qué difícil resulta ponerlo en práctica.

Ese mismo sentido común es imprescindible aplicarlo a cualquier enfermedad y, sobre todo, a esta pandemia que tanto nos afecta.

Parecemos empeñados en acentuarla. ¿Cómo?

Ponemos nuestros potentes aparatos de información y de comunicación a contabilizar sus incidencias en tiempo real. Convertimos sus efectos en espectáculo. Calentamos las redes sociales repitiendo los mismos mensajes alarmistas una y otra vez. Amplificamos las estupideces que a cualquier descerebrado le pasen por la mollera. Hablamos de ello en conversaciones reiterativas, machaconas, obsesivas.

Tan extenuante información, permítanme el pareado, agrava la situación.

Lo que vale para una persona individual vale para toda la colectividad.

Insisto: la sobredosis de información, el exceso que incide en lo mal que estamos es insano y conduce a la histeria colectiva, a añadir más enfermedad a la enfermedad.

El virus del pánico es peor que cualquier otro virus.

Por eso, demandar responsabilidad, buen juicio, sensatez, prudencia es pedir que no se acreciente el mal. Es bueno y necesario, por supuesto, dar información verdadera sobre lo que pasa, pero es dañino recrearse de forma morbosa y malsana en eso que pasa. Y resulta indecente si se hace para conseguir audiencia.

Sé que solicitar entereza es como pedir la Luna.

Pero hoy, más que nunca, necesitamos esa Luna que nos devuelva la calma, la serenidad y el sentido común. Por favor, hagamos lo imposible para conseguir la Luna.

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