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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La gran deposición

Papel higiénico para quienes "la cagaron" minimizando el efecto del coronavirus

Los inconscientes que hace tan solo unas semanas trataban de calmar a la población asegurando vanamente que el coronavirus era un bicho de tercera (o de Segunda B en zona de descenso), un patógeno menos dañino que una gripe común de temporada, habrán de considerarse en el futuro los protagonistas de la gran cagada. Tal fue el tamaño de la deposición que los españoles salieron en tropel a vaciar de papel higiénico las estanterías de los supermercados. Que el rollo del váter se haya convertido en sorprendente artículo de primera necesidad es la demostración de que la gente está muerta de miedo. Literalmente cagada.

El patógeno, que a la larga mutará a perfil bajo para instalarse en nuestras vidas como incómodo huésped sin orden de desahucio, nos ha pillado con las ventanas abiertas y el culo en pompa. El papel del váter, como el virus de la pandemia, lo inventaron los chinos, pero los orientales están saliendo de la crisis más limpios que la patena y en Occidente, por contra, aún desconocemos el tamaño del mojón.

Conviene no desesperarse y tomar al levantarse una dosis respetable del antídoto infalible del humor. Y salir a la ventana y cantar a voz en grito el "Gijón del alma" en versión coronavirus, con letra de Víctor de Cimadevilla. Con tanto consumo de líquido desinfectante y de papel higiénico vamos a terminar con las manos y las posaderas inmaculadas. Si de esta mejoramos nuestros hábitos de higiene, esta crisis que nos lleva de culo pasará a las anales de la historia.

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