La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Lo mejor y lo peor

Una crisis sanitaria y económica que prevé un día después lleno de incertidumbres

Crisis como la que nos tiene enclaustrados en casa y en la jaula invisible de la congoja por razones de salud y de bolsillo, que va a cobrarse muchas vidas y decenas de miles de empleos, sacan lo mejor y lo peor de las personas. También pérdidas irreparables y ganancias fabulosas en río revuelto. La pandemia viral dibuja un paisaje desconocido para generaciones enteras que hemos pasado la mayor parte de nuestra vida en la complacencia, en la seguridad de que nuestro modus vivendi iba a ser mucho mejor que el de nuestros padres. La crisis de 2008, provocada por la especulación y el ánimo insaciable de acaparar de unos pocos, ya resquebrajó los cimientos del Estado del bienestar y nos llevó a la pérdida de la inocencia. Los pobres empezaron a ser más pobres; los ricos, más ricos, y hubo que sujetar el sistema con el dinero de todos, cuando no todos éramos responsables de los globos pinchados y las burbujas sin gas.

Apenas una década después, un virus, un organismo microscópico, ha puesto en jaque a países y gobiernos que han tardado en ordenar medidas drásticas y que tomadas a destiempo conducen a la pérdida de confianza de la población, a la que se pide sacrificios supremos, más duros que los que hubo que asumir en la anterior epidemia económica. De aquella salimos más empobrecidos; de esta desconocemos cómo saldremos, pero los mensajes buenistas pecan de cuestionable optimismo. El corazón nos dicta que la tormenta pasará, pero la cabeza certifica que el día después y los siguientes serán muy dolorosos.

Compartir el artículo

stats