No es nuevo que aparezca en esta grada el ya largo asunto del solarón o de las antiguas vías del tren. Cuando se planteó todo, todavía no nos había pasado por encima la anterior crisis y la urbanización de aquellos terrenos, recordemos, iba a pagar con su aprovechamiento inmobiliario la obra de la estación intermodal: tren más bus. Luego el ladrillo se vino abajo, se estropearon todos los números hechos cual cuento de la lechera y se hubo de empezar otra vez y en ello seguimos todavía con muy lentos avances. Y ahí está el solar. Hasta se le dio un nombre y se aprovechó su suelo para diferentes usos efímeros festivos y de ocio, por ejemplo una pista de hielo por el i invierno. Y hétenos aquí que han surgido un grupo de bienintencionados ciudadanos que, al ver tanto verde ya se imaginan un parque y andan que no paran detrás de quien les quiera firmar una petición destinada al ayuntamiento para que a tal espacio urbano en espera de mejor destino se le de n uso como parque. Es probable que cuando sea urbanizado y con sus edificios, la idea de esos ecociudadanos sea recordada como una bonita y bienintencionada ocurrencia, pero de imposible consecución.
Y como hay unos bienintencionados que piden parque, hay otros con ya no tan buenas intenciones que prefieren hacer un poco de política barata: son los de la federación vecinal urbana que se han dedicado a criticar lo que denominan "lamentable" estado que presenta el 'solarón' desde el desmontaje de la pista de hielo". Y ahí tenemos al mandamás de la asociación vecinal sacando a ventilar los agravios comparativos y contándonos que a las entidades vecinales se les impide usar para fiestas algunos prados y jardines públicos para evitar daños en los mismos. Es decir este ciudadano que representa a pocos ya da por cierto el hecho de que ese terreno ya es un prado o jardín público. Olvida, sin embargo, que "solarón" es un aumentativo de solar, no un "jardinón" o un "pradón". Pero ahí tiene el Consistorio el resultado de una operación populista del anterior gobierno forista y la consecuencia de aceptar con ánimo buenista la envenenada herencia.
Lo que pide el solarón es una buena valla o reja que impida el paso de los ciudadanos, respetando los viales que ahora existen y que tienen su uso, ya que viales habrá de tener la zona cuando se urbanice. Y pare usted de contar: ni pistas de hielo ni chiringuitos festeros. Manténgase la zona segada y limpia y no se anden con melindres ni los concejales gobernantes ni su señora inopinadamente caída desde Carbayonía. Y todos tan contentos.